Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
17 septiembre 2019 2 17 /09 /septiembre /2019 23:00
Viñeta: Sunnerberg Constantin

Viñeta: Sunnerberg Constantin

Naufraga Europa cuando recibe a la vida con violencia mortal, cuando responde a los refugiados con cadenas, cuando no socorre al herido, cuando encierra y arrincona en campos de concentración a seres humanos acusados del delito de querer vivir, cuando persigue a las personas por su color, cuando deporta a los inocentes, cuando convierte en un problema de seguridad los derechos humanos

María Vacas

Estamos en la última entrega de esta serie. Creemos haber trazado y puesto sobre el tapete todas las problemáticas en torno a los migrantes y las migraciones, y las diversas acciones, medidas y decisiones que pueden y deben ser tomadas al respecto, para evitar la continuación del sufrimiento humano que estamos generando con nuestras políticas. Pensamos igualmente que es urgente alcanzar un Pacto Mundial sobre Refugiados, ya que el número de personas desplazadas en todo el planeta alcanza ya dimensiones dantescas. Durante diciembre de 2018 ya se celebró en Marruecos la Conferencia Intergubernamental para el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, sin mucho éxito. En medio de disputas internacionales, con una creciente lista de países que se abstuvieron de adherir al pacto mundial sobre migraciones, finalmente fue suscrito por 164 Estados. Ahora hace falta que no sea una firma vacía más, como tantas otras. Las escandalosas cifras, casi 70 millones de desplazados en el mundo, se prorratean a casi 45.000 personas cada día, o a una persona que se convierte en migrante cada dos segundos. Hasta principios de 2018, el número de personas desplazadas dentro de sus propios países alcanzaba la cifra de 40 millones. Y la cifra total superaba la de toda la población de Australia. De nuevo al prorratear la cifra, comprobamos que una de cada 110 personas se encuentra desplazada en el mundo, tomando cifras del informe Tendencias Globales (Global Trends), publicado anualmente por ACNUR. Necesitamos por tanto abordar este problema desde una perspectiva integral. El 85% de los refugiados se encuentran en países en desarrollo, muchos de los cuales son extremadamente pobres y apenas reciben ayudas para atender a estas personas. Según el informe citado, 4 de cada 5 refugiados se quedan en países vecinos al suyo. Otro dato interesante es que la población desplazada a nivel mundial es muy joven (el 53% son niños y niñas, muchos de ellos/as no acompañados/as o separados/as de sus padres y madres). Como vemos, es hora ya de abordar este asunto no únicamente desde la óptica de cada país, sino bajo el auspicio de una gran conferencia internacional, y asumir sus conclusiones y desafíos. Y sobre todo, se han de tratar dos asuntos especialmente: la finalización de los conflictos armados que generan estos contingentes humanos en movimiento, y la integración plena de los migrantes en los países de acogida, bajo parámetros de interculturalidad y dignidad.

 

No puede ser que los migrantes acogidos tengan como única vía de salida su dedicación a actividades sumergidas, ilícitas o criminales. Está comprobado que cuando los migrantes encuentran trabajo, es decir, se les ofrecen salidas dignas, su situación cambia de forma radical. Residencia, trabajo y formación son aspectos que no deben descuidarse, para poder ofrecer oportunidades vitales a estas personas. El Pacto Mundial debe asegurar que se protejan los derechos de los migrantes, desde una perspectiva de gestión conjunta de los desplazamientos humanos entre los países de origen, de tránsito y de llegada. Nunca sabremos si alguna vez nos puede tocar a nosotros. La solidaridad y el respeto al marco del derecho internacional sobre los Derechos Humanos deben primar siempre. Tampoco hay que descuirdar los aspectos de reagrupación familiar, la educación y la salud, dentro de los aspectos de integración. Hay que recuperar una visión integral de los derechos, incluyendo al mismo nivel que los demás (derechos civiles y políticos) a los derechos económicos, sociales y culturales. Y como también hemos comentado extensamente en entregas anteriores, hay que considerar y luchar contra todas las causas que provocan las migraciones humanas: las guerras, el expolio de los recursos por las compañías transnacionales, las desigualdades, las razones de género, las violaciones de derechos, el cambio climático...Pero mientras no podamos impedir las causas que generan estos desplazamientos, tenemos que prepararnos como pueblos para una solidaridad mantenida y sostenida a largo plazo, haciendo de nuestros municipios, ciudades y pueblos, tierras de acogida. Y así, aspectos como el empadronamiento sin domicilio fijo, la tarjeta de vecindad, el acceso a los servicios de información, la acogida integral, los itinerarios integrales de inclusión, atención y formación, el acceso a la vivienda, el tratamiento a las personas víctimas de las mafias de tráfico de personas, la atención a las víctimas de violencia machista, las políticas de convivencia y contra la xenofobia y el racismo, la prohibición de realizar identificaciones por razones de perfil étnico, y la coordinación entre los diversos municipios, entre otros muchos, son aspectos que deben definirse, implementarse y respetarse si pretendemos alcanzar unos mínimos estándares de plena integración. 

 

Y por su parte, a nivel europeo (y mundial, al alcance de nuestras posibilidades) hemos de alcanzar igualmente una serie de compromisos por una política migratoria europea solidaria, que promueva la paz en el mundo. Hoy día es como pedir peras al olmo, pero hay que organizarse, presionar y continuar en la lucha. ¿Dónde está nuestra memoria común? ¿Es que hemos olvidado ya la lacra de las guerras mundiales? ¿En qué nos hemos convertido los propios europeos? Como se indica en uno de los documentos publicados por la Plataforma (vasca) "Ongi Etorri Errefuxiatuak" (Bienvenidos Refugiados), del cual nos hacemos eco: "La Unión Europea, más allá de su dimensión económica, es la portadora de un proyecto de cooperación y apertura entre sus países, particularmente después de las dos guerras mundiales que han tenido como efecto millones de personas refugiadas desplazadas. Sin embargo, la UE, tras más de 30 años de políticas migratorias erráticas, se ha convertido en una región del mundo que se cierra a la otredad, destierra el derecho de asilo, y promueve y financia las peores atrocidades en los países que la rodean: detención arbitraria, prisiones privadas, desarrollo de la esclavitud, violaciones, mutilaciones, etc.". En efecto, esa es nuestra triste realidad. El aumento del fenómeno de las migraciones, a más de 70 años del período de entreguerras, no es más que una de las consecuencias del fracaso de la descolonización, de la globalización (que ha impuesto la política del saqueo de recursos) y del fuerte crecimiento de las desigualdades internacionales. Ante este angustioso panorama, hemos de reaccionar. Hoy día el racismo, el egoísmo y el fascismo campan a sus anchas, sin límites legales que los impelan. También hay que ponerse en lugar de los países de origen, que se ven fuertemente penalizados por la partida de la población joven y activa, la fuga de cerebros, el debilitamiento del tejido social, etc. Hemos de diseñar un continente abierto y acogedor, ya que hasta ahora no hemos sido capaces de mejorar las condiciones de vida en dichos países de origen. 

 

Desenterremos el racismo y la xenofobia de nuestra piel institucional, de nuestras costumbres, de nuestras tradiciones. Intentemos que fluya el interculturalismo, la aceptación, la tolerancia, la fraternidad y la cooperación. El miedo o el rechazo al otro no es ninguna vía aceptable. Si cerramos nuestras puertas, somos nosotros mismos quienes nos encerramos. Ningún ser humano puede ser ilegal. Pero ello no basta: nuestras políticas internacionales han de confluir en un cese de las actividades armadas y en la promoción de los conflictos, para adoptar una política de paz. Nuestras políticas comerciales no pueden basarse en los desequilibrios regionales, en el expolio de los recursos naturales de terceros países, y en la condena a su población a ser despojados de sus medios de vida. Nuestros modelos de producción y consumo no pueden seguir fomentando las causas que promueven el cambio climático, provocando sobre todo en los países pobres del Sur Global los terribles efectos que ya conocemos. Hay que controlar y obligar a las empresas transnacionales, fondos de inversiones y demás compañías especulativas a someter su actividad al estricto cumplimiento del Derecho Internacional sobre los Derechos Humanos (Ver la serie "Contra los Tratados de Libre Comercio", en este mismo Blog). Ha de cuidarse igualmente por parte de estos grandes agentes económicos el Derecho Internacional del Trabajo, el Derecho Internacional Ambiental, la soberanía de los pueblos y el derecho de los campesinos y campesinas. El Pacto Mundial por las Migraciones debería también crear la figura de una Defensoría Mundial de los Pueblos por los Derechos de las Personas Migrantes, comprendiendo a las refugiadas, asiladas, apátridas, víctimas de trata y de tráfico, y que promueva la libre movilidad y los derechos humanos. El continente europeo debe diseñar una política común de integración de las personas, con o sin papeles (alojamiento, comida, vestido, salud, idioma, acceso a los derechos y al trabajo), en cualquier situación administrativa en la que se encuentren éstas. 

 

Tenemos que asegurar una protección, educación y formación de los/as menores no acompañados y de las personas jóvenes que llegan a nuestro continente, ofreciendo amplios niveles de integración. Hemos de derogar el Reglamento de Dublín y permitir la libre elección del país donde la persona exiliada desee presentar su solicitud. Hay que suprimir la represión, la devolución en caliente de personas migrantes y el endurecimiento del control en las fronteras, y promover rutas de acceso legales y seguras al territorio europeo, para que las personas puedan migrar sin arriesgar sus vidas. Por su parte, la Convención de Ginebra debe ser (además de respetada) reinterpretada desde una perspectiva feminista, tomando en consideración la violencia sexual que sufren las mujeres, los matrimonios forzados, la ablación genital, la prostitución forzosa y la persecución por razón de orientación sexual e identidad de género. Las fronteras internas de la UE deben ser desmilitarizadas, permitiéndose la libre circulación de las personas por todos los Estados miembro. Hay que armonizar el derecho de asilo "desde arriba", para hacer que se respete en todos los países en las mismas condiciones que los grandes principios democráticos que se proclaman. Hay que detener inmediatamente cualquier colaboración con países donde se externalicen actualmente las fronteras (Turquía, Libia...), derogando los acuerdos establecidos y prohibiendo por ley posibles acuerdos futuros. A día de hoy, la UE financia a 35 países para que retengan a los migrantes dentro de sus fronteras, lo cual es una aberración humana y jurídica. Todos ellos presentan carencias en el ejercicio de los derechos humanos. Hay que erradicar los campos de refugiados, los campos de concentración, las extorsiones, las torturas...Todo ello a su vez contribuirá a debilitar y erradicar el oscuro mundo de las mafias. Hay que acabar con la venta de armas y el apoyo a la represión de las poblaciones en los países de los que huyen las personas exiliadas, y dedicar dichos fondos al desarrollo internacional solidario, y a la cooperación mundial. Hay que suprimir el "delito de solidaridad" en todos los rincones de la UE. 

 

Finalizamos ya. Como siempre, muchas gracias a todos los lectores y lectoras que nos han seguido a través de toda la presente serie, que ahora termina. Esperamos haber contribuido a exponer todos los problemas, sus orígenes, sus causas, y sus posibles soluciones. Creemos firmemente que otro enfoque es necesario, que otra Política de Fronteras más humana debe desarrollarse, y hemos explicado el porqué. Al final, únicamente la valentía y voluntad política necesarias han de imponerse si pretendemos alcanzar una mínima racionalidad en este asunto. Gracias a todos los autores y organizaciones que me han servido de guía e inspiración para la realización de estos artículos. Muchas gracias a todos.

Compartir este post
Repost0

Comentarios