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8 enero 2013 2 08 /01 /enero /2013 00:00

Voy a recoger en el presente artículo mis críticas a dos facciones de la izquierda en este país, que están contribuyendo con sus actos, en vez de a la potenciación de la misma, más bien a su debilitamiento, a su descrédito permanente, máxime cuando estamos viviendo unos tiempos donde las corrientes de izquierda pueden y deben ser las alternativas reales para cambiar el caótico panorama que vivimos. En una fase bestial del capitalismo más agresivo, y con un Gobierno títere de dichas fuerzas del capital, escenarios como los que están provocando estas dos fuerzas políticas a las que nos vamos a referir, no contribuyen en nada a consagrar la concepción generalizada de que existen alternativas, y de que otras políticas son posibles.

 

En efecto, nos estamos refiriendo a la presencia de Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía (en adelante, IU-CA) en el Gobierno de la Junta de Andalucía, así como al apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (en adelante, ERC) al Gobierno de CIU en la Generalitat. Bien, comencemos en Andalucía, donde nuestro Vicepresidente de la Junta, y Coordinador General de IU-CA, Diego Valderas, realiza declaraciones sobre los Presupuestos de la Junta para 2013 afirmando lo siguiente: "...Los Presupuestos de la Junta son magníficos...de sentimientos, de corazón y de izquierdas...". Pues no, señor Valderas, no. Se equivoca usted de plano, y lo más grave no es que se equivoque usted, sino que contribuye usted a equivocar a millones de personas que pueden estar confiando en IU-CA, pero que ven muy a su pesar que no somos más que una fuerza política más al uso, es decir, en la que no se puede confiar. Son unos presupuestos de recortes, aunque sean "por imperativo legal", como usted suele decir.

 

valderas.jpgEn este sentido, por tanto, poco se diferencia IU-CA (en su apoyo al PSOE-A) de Rajoy o de Artur Mas, que también hacen los recortes "obligados por la realidad". En el caso de Rajoy porque se lo manda la Troika, y por la herencia recibida, y en el caso de Mas, porque Madrid les asfixia y les ahoga, además de ser injusto con Cataluña. Y mientras tanto, los sufridos ciudadanos, cada vez soportando más y más recortes, que aunque en Andalucía estén siendo algo más suaves que en el resto de Comunidades, al final sufrimos también severos recortes y privatizaciones de servicios públicos. La diferencia está en que mientras Rajoy y Mas representan a fuerzas políticas de derecha, y por tanto está en su ADN la aplicación de dichas políticas, por mucho que se empeñen en disimularlo, IU-CA representa (o debe representar) en Andalucía a la única fuerza política de izquierdas, por lo cual convertirse en cómplice de tales prácticas nos cuesta un descrédito y una pérdida de credibilidad constante.

 

En el caso concreto de Andalucía, la política del PSOE-A con la connivencia de IU-CA, ha dejado en la calle a más de 4.500 maestros, a miles de trabajadores de la Sanidad y de otros sectores públicos, como el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), ha llevado a cabo recortes en servicios sociales, ha aumentado la jornada laboral a los trabajadores públicos en 2,5 horas semanales, ha eliminado la paga extra de Navidad, realiza contratos al 75% (que llegan al 50% en el Servicio Andaluz de Salud, SAS), mientras continúan la externalización (léase privatización) de muchos servicios, los conciertos hospitalarios, las subcontratas, siguen eliminándose camas en los hospitales públicos, y para los próximos meses se amenaza con más despidos, más precarización, y más represión...¿para todo esto queríamos entrar a formar parte del Gobierno de la Junta? ¿Para ejecutar esto queríamos tener "mando en plaza"? Al menos, podríamos haber tenido la delicadeza de IU en Asturias, o de ERC en Cataluña, simplemente dando apoyo a la investidura del Presidente, pero sin entrar al equipo de Gobierno.

 

Estamos contribuyendo en Andalucía al deterioro constante de nuestra organización, y por ende al descrédito de toda la izquierda de este país. No podemos permitirnos esto, y menos aún en los tiempos que vivimos, donde la ofensiva de la izquierda debe ser total e implacable, pero honesta y creíble, para poder derrotar a las fuerzas de la derecha que nos gobiernan. Izquierda Unida en Andalucía debe dejar de jugar este peligroso papel, este papel posibilista y comparsa del PSOE, este papel cómplice de la misma política que nos ha traído hasta esta situación, que más bien nos recuerda a la política pactista del PCE de los tiempos de Santiago Carrillo. Debemos ser coherentes con nuestras ideas y con nuestras propuestas de rebelión, de rebeldía, de insumisión y de desobediencia civil, de movilización y de apoyo en la calle a los sectores más oprimidos, los que sufren los recortes, y dejar de actuar de muleta de aquéllos que los aplican porque "no les dejan otra alternativa".

 

Y tres cuartos de lo mismo quiero aplicar a ERC en su papel de apoyo al reciente Gobierno de la Generalitat, pues salvando todas las distancias y contextos que haya que salvar, estamos ante el mismo problema: el descrédito de las fuerzas de izquierda. Después de firmar un Acuerdo de Legislatura con CIU, ERC se ha convertido en cómplice de dramáticos recortes que se llevarán a cabo en el año que comienza en Cataluña. Con el horizonte puesto en 2014 y la celebración de la consulta popular, a ERC le ha bastado este supremo propósito para convertirse en cómplice de una nueva oleada de recortes sociales, que sólo ha disfrazado con la creación de algunos impuestos a la banca y a los más ricos. Pero todo esto no es suficiente. Bajo la bandera de la autodeterminación del pueblo de Cataluña, algo totalmente lícito y para lo que no se deberían poner palos en las ruedas (dicho sea de paso, IU también debería haber apoyado más explícitamente este proceso), no se pueden legitimar políticas que vayan en contra de los intereses de la clase trabajadora, y más aún viniendo desde la complicidad de supuestas fuerzas políticas que representan a la izquierda.

  

junqueras.jpgY en Cataluña, el nuevo Gobierno de CIU es un gobierno de guerra social contra la clase trabajadora. Para justificar los recortes, siguen argumentando más de lo mismo: "Desde Madrid nos ahogan. Sólo con que nos pagaran la mitad de lo que nos deben no haría falta recortar. Pero no tenemos financiación propia y dependemos de Madrid. Los objetivos de déficit público que impone Rajoy están mal repartidos y son injustos, pero si no cumplimos con ellos, nos quedaremos sin financiación y entonces sería mucho peor. Por eso, aunque no queramos, no tenemos más remedio que imponer grandes recortes. Pero vamos a hacer lo imposible para reducirlos, mediante nuevos impuestos a los más ricos, con lo que ingresaremos 1.000 millones de euros, y así reduciremos los recortes de 4.000 a 3.000 millones. Vamos a intentar además que los recortes afecten lo menos posible a los sectores más débiles, y nos comprometemos a que sean transitorios y reversibles, es decir, que se restablezcan cuando la economía se recupere. Y lo que es más importante, los recortes hay que entenderlos como un sacrificio necesario para la "transición nacional" hacia el Estado propio, mientras construimos las "estructuras de Estado" y preparamos la consulta decisiva de 2014". Este es su razonamiento...¿no nos suena familiar?

 

De esta forma, el nuevo Gobierno de Artur Mas, con el aval de ERC, prepara para 2013 una nueva oleada de recortes aún más salvaje que las anteriores, e incluso los nuevos impuestos planteados, y de los que se puedan implantar, son medidas menores que no van a modificar sustancialmente la estructura de los ingresos públicos. Constituyen ante todo una tapadera para justificar los recortes sociales, ya que el principal de ellos, el impuesto a la banca, que teóricamente aportaría la mitad de los ingresos previstos, ha sido recurrido ya por el Gobierno de Rajoy, y se admite que no se cobrará nunca. De otro lado, impuestos como el de los refrescos o el incremento del ITP no afectan sólo a los más ricos, sino al conjunto de la población. Por tanto, y más allá de la opinión que podamos tener sobre el objetivo de la celebración de la consulta popular, incluso de la propia independencia de Cataluña, sobre la que ya nos hemos manifestado en otros artículos, aquí lo que se pone en tela de juicio es el papel cómplice que está jugando ERC, una supuesta fuerza de la izquierda, con el gobierno conservador y neoliberal de CIU, quizá el más agresivo de todas nuestras Comunidades Autónomas, pionero además de muchas prácticas que luego se están aplicando a otras regiones, como el euro por receta.

 

Luego por tanto, más bien haría ERC en buscar aliados para el pueblo catalán entre la propia clase trabajadora, en vez de buscarlos en las Instituciones de la Unión Europea, al servicio de banqueros y multinacionales. Con estas políticas con disfraz de izquierda suave y conciliadora, siguen haciéndole el juego al Gobierno de Rajoy y a la Troika comunitaria. Deberían entender que la lucha por la soberanía del pueblo de Cataluña es inseparable de la lucha contra los recortes. El único camino, tanto en Andalucía como en Cataluña, es romper con los Gobiernos que asumen a pies juntillas, por muchas justificaciones que quieran darles, las políticas antisociales. El único camino real y coherente es levantar una alternativa popular, un contrapoder ciudadano de clase y democrático, que pueda enfrentarse abiertamente a la implantación de dichas políticas. Hay que asumir, sobre un programa básico de ruptura y movilización, un enfrentamiento con el sistema, en torno a un reagrupamiento de fuerzas del sindicalismo de clase, y de todas las plataformas y movimientos sociales que se oponen a estas políticas. La clase obrera tiene que dejar de oir los cantos de sirena de IU-CA en Andalucía y de ERC en Cataluña, ya que están demostrando que son meras comparsas del oficialismo.

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