La propuesta de la RB, entente como forma de garantizar las condiciones materiales de existencia, aumentaría la libertad de la ciudadanía; haría los pobres y los desposeídos más independientes, más capaces para hacer sentir su voz; de resistir más articuladamente los procesos de desposesión que tienen lugar en todas partes en nombre de la globalización y de la supuesta lucha contra la crisis. Posibilitaría que no tuvieran que vivir con el permiso de otros
Sobre la premisa que expusimos en el artículo anterior de esta serie, en relación a que no hay trabajo asalariado para la totalidad de las personas que lo buscan, se da también mucha dosis social de cinismo e hipocresía. Abordaremos algunos puntos de vista al respecto. En primer lugar, la clase dominante no admite esta posibilidad, empeñada en sus "reformas estructurales", que están diseñadas para ir transformando progresivamente el modelo social y laboral, de tal forma que las relaciones laborales se vuelvan cada vez más precarias. Nos vende continuamente que se va "creando empleo" y que, por tanto, se va por el buen camino, pero como hemos explicado en anteriores artículos, al capitalismo le interesa una gran base de personal inactivo, para disciplinar y tener controlada la capacidad de rebelión de la clase trabajadora. E instalados en esa hipocresía, tienen la desfachatez de argumentar que medidas como la RB "desincentivarían la búsqueda activa de empleo". Arguyen que la RB no obliga a la gente a espabilarse y a buscar trabajo, ya que, según ellos, si se espabilaran encontrarían empleo todos aquéllos/as que lo buscaran.
El cinismo llega a su cénit cuando ni siquiera reconocen como verdadera la cifra oficial de parados, ya que argumentan que no están parados de verdad, ya que el gran porcentaje de economía sumergida les proporciona algún tipo de colchón para sobrevivir. Pero lo que no dicen es que son los propios empresarios los primeros que se aprovechan de estas situaciones, presionando a los trabajadores/as para que lo hagan cada vez más en situaciones de clandestinidad y esclavismo. Si además el sistema reduce las prestaciones por desempleo, subsidios y ayudas varias, como viene haciendo el actual Gobierno del PP, ya tenemos el cóctel al completo para forzar la máquina, y obtener mano de obra barata y controlada. La guinda del pastel se completa con la sucia manipulación de las estadísticas laborales, ya que el paro también desaparece por inanición, por aburrimiento, por emigración, por éxodo laboral, o por cualquier otro motivo. Como vemos, el cinismo de la clase dominante no tiene límites. Es el mismo cinismo que nos pone como ejemplo a Ana Patricia Botín, y que se escandaliza de que también fuera a cobrar la RB, sin contarnos la otra parte de la verdad: Botín en su declaración de la renta ya declara cobrar implícitamente el equivalente a centenares de miles de rentas básicas cada año. Con la RB cobraría sólo una, y del mismo importe que la de cualquier otra persona adulta, pero pagaría impuestos para sufragar la RB a miles de ciudadanos más, que no cobran al año tanto como ella. Y esto es precisamente lo que no les gusta.
Hacemos en este punto un inciso para denunciar, una vez más, el cinismo de la clase dominante, que últimamente nos vende la "necesidad" de alargar progresivamente la edad "formal" de jubilación, cuando precisamente, las estadísticas nos dicen que la edad "real" para la misma, cada vez se acorta más. La explicación es sencilla y evidente: con la estafa de esta crisis que estamos padeciendo, y las medidas neoliberales llevadas a cabo por los sucesivos Gobiernos, las empresas se aprovechan de la situación, haciendo ERE's masivos, que llevan a la prejubilación a muchos de sus trabajadores veteranos (de ahí que la edad media "real" de jubilación esté bajando, consiguiendo por la vía empresarial justo lo contrario de lo que dicen querer conseguir por la vía gubernamental), con el añadido de que, en cuanto se recuperan del bache, vuelven a contratar personal, pero esta vez joven y precario. Estas son las falacias, mentiras, engaños y manipulaciones de la clase dominante. Fin del inciso. Volvemos a la RB.
Por tanto, la RB es no sólo una herramienta para acabar con la pobreza, sino que también es un arma estupenda para luchar con mayor eficacia contra las causas no económicas de la exclusión social, aspecto que el sistema capitalista olvida por completo. Porque hay que tener en cuenta, y así lo hemos resaltado en otros muchos artículos de este Blog, que la pobreza no conlleva únicamente la privación y carencia de medios para subsistir, sino la auténtica causa de la misma, así como sus otras consecuencias, esto es, la dependencia del arbitrio o de la codicia o ambición de otros, la falta de autoestima, el aislamiento social, y la estigmatización de quien la padece. Por eso nos parece tan sumamente importante la RB, y por eso es una medida tan demonizada desde las clases dominantes. La RB incluso tendría enormes ventajas para la gente que trabaja asalariadamente, y además con un puesto de calidad, estable y con buen sueldo, y que jamás quisieran abandonar. Incluso bajo estas idílicas situaciones es positiva una medida como la RB, porque permitiría subsistir con ella en aquéllos períodos (que casi todo el mundo necesita alguna vez en su vida) donde la gente quisiera tomarse un descanso, para por ejemplo dedicar algunos meses o años de su vida a formarse, a tomarse un respiro laboral, un alto en el camino, a establecer una familia (o cualquier otra forma de convivencia, que la RB no discrimina), a colaborar con organizaciones dedicadas a la solidaridad, a dedicarse a hobbies o aficiones aparcadas en el tiempo, o a emprender cualesquiera otros proyectos personales (los cuales podrían implicar incluso trabajar de forma no asalariada), y todas ellas dejarían de ser contempladas como situaciones preocupantes.
Y por supuesto, el gran objetivo a cubrir, en cuanto a la aportación de la RB hacia un modelo de sociedad más igualitario, y con mayor redistribución de la renta y de la riqueza, son evidentes. La transferencia de rentas hacia los sectores más desfavorecidos de la población nivelaría bastante los índices actuales de desigualdad, actualizando el Índice Gini y otros indicadores sociales. Como ya pudimos comprobar en la exposición de la propuesta de financiación de los miembros de la Red Renta Básica, en el entorno de dos tercios de la población (los peor situados) saldrían ganando, mientras que el otro tercio (los más favorecidos) verían reducirse su renta en alguna medida (en algunos casos ligeramente, y en otros más sustancialmente), como consecuencia de la implantación del nuevo sistema de fiscalidad y transferencias. En este sentido, el efecto de la RB sería netamente redistributivo y fomentaría un reparto más igualitario de los recursos públicos, garantizando que éstos se repartieran de forma más justa y equitativa. La RB no impediría una sociedad donde existieran los grandes capitalistas (para eso ya hemos enunciado, y seguiremos haciéndolo, otras medidas), pero al menos, los niveles de renta dejarían de estar tan polarizados, todas las personas tendrían asegurado su sustento básico, y la fiscalidad sería infinitamente más justa de lo que es ahora. Continuaremos en siguientes entregas.