"Jamás pueblo alguno ha luchado y resistido con tanta tenacidad y ha logrado mantenerse de pie frente a la mayor potencia militar colonial agresiva del planeta, como el de Cuba"
(Camilo Valqui)
"Lo que no pueden perdonar los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario de nuestro pueblo. Lo que no pueden perdonarnos es que hayamos hecho una revolución en las propias narices de Estados Unidos"
(Fidel Castro)
"Hasta 640 veces ha fallado [la CIA] en sus operaciones para asesinarlo [a Fidel Castro] mediante venenos, puros explosivos, bombas, agujas hipodérmicas, bacterias nocivas u otras sustancias o métodos varios más o menos sofisticados"
(Armando B. Ginés)
Comenzaremos este nuevo año 2015 con un estupendo cambio en el panorama de las relaciones internacionales, como es el paso dado por los Estados Unidos para reconocer que el embargo a Cuba, mantenido durante más de cinco décadas, no ha servido para conseguir los objetivos que se habían propuesto, y que por tanto, deciden abrir un nuevo período de relaciones diplomáticas y comerciales con la isla caribeña. Con la inestimable colaboración del Papa Francisco, primer Papa latinoamericano, Estados Unidos y Cuba llegaron a un acuerdo de tipo humanitario sobre intercambio de presos políticos, que permitió la liberación del ex contratista de la USAID Alan Gross, y de los tres últimos de "Los Cinco" cubanos presos desde hace 15 años en cárceles norteamericanas bajo la acusación de espionaje. Y a partir de ahí, y después de una amigable conversación telefónica entre Raúl Castro y Obama, se realizaron grandilocuentes declaraciones de respeto entre ambos gobiernos. Lo importante, como decimos, es la solemne declaración de Estados Unidos de comenzar una nueva era de reconocimiento y colaboración con Cuba, que a la luz de los hechos que han marcado la reciente historia, denota la presencia de un nuevo período esperanzador.
Sin duda, este primer paso constituye un buen punto de partida para avanzar en una primera ronda de diálogos entre ambas Administraciones, desde el respeto mutuo, que puedan poner en la agenda común la reanudación o comienzo de muchos aspectos de colaboración bilateral, y de esta forma avanzar decididamente en una normalización final de las relaciones comerciales y diplomáticas. Pero dicho esto, no debemos confundirnos, ni pecar de ingenuos más de lo debido, porque nos vienen a la mente muchas preguntas sin respuesta, que tienen que ver sobre todo con la posibilidad real y completa de levantar el criminal bloqueo económico y comercial que Estados Unidos lleva imponiendo a la isla caribeña desde hace más de cincuenta años. Y a este respecto tenemos serias dudas de que sea un proceso fácil, porque frente a las aparentes buenas intenciones de Obama, nos encontramos con la firme oposición del Congreso norteamericano, tanto de la mayoría republicana, como incluso de algunos demócratas, cuyo discurso contra la decisión del Presidente va a ser implacable. De hecho, las críticas de algunos de los más fanáticos congresistas no se han hecho esperar.
Pero sobre todo, queremos insistir en denunciar las falacias que de nuevo se cometen en el manipulado y engañoso discurso sobre Cuba, cuando los medios masivos de "desinformación" se hacen preguntas como: "¿La normalización de las relaciones dará lugar a cambios profundos en Cuba, con más derechos y libertades para el pueblo? ¿O el cambio y la apertura en la política norteamericana sólo servirá para dar oxígeno a la dictadura comunista de los hermanos Castro?". Preguntas de este tipo, con mil variantes, son publicadas por los medios de intoxicación masiva, por los grandes perros falderos de la ideología neoliberal de todas partes del mundo, y hay que volver a romper una lanza en favor del pueblo y del régimen cubano. Todos los países que utilizan estos argumentos, incluyendo a España, encabezados por Estados Unidos, jaleados por los medios de comunicación convencionales, no poseen ninguno de ellos, un régimen democrático más completo que el de Cuba, ni respetan los Derechos Humanos más que Cuba. Porque democracia no consiste en elegir cada x años a los representantes políticos, sino en hacer participar al pueblo de su destino. Derechos Humanos no son sinónimo de libertad capitalista y de sociedad de consumo, sino de respetar las necesidades básicas de todos los seres humanos, y esto se da en Cuba más que en cualquier país de los que se adscriben a estas críticas.
Y vamos a apoyarnos para nuestro argumento en un extracto de uno de los recientes informes del Banco Mundial, cuando reconoce lo siguiente: "Cuba es internacionalmente reconocida por sus éxitos en los campos de la educación y la salud, con un servicio social que supera el de la mayor parte de los países en vías de desarrollo y en ciertos sectores se compara al de los países desarrollados. Desde la Revolución Cubana en 1959 y el subsecuente establecimiento de un Gobierno comunista con partido único, el país ha creado un sistema de servicios sociales que garantiza el acceso universal a la educación y a la salud, proporcionado por el Estado. Este modelo ha permitido a Cuba alcanzar la alfabetización universal, erradicar ciertas enfermedades, acceso general al agua potable y salubridad pública de base, una de las tasas de mortalidad infantil más bajas de la región, y una de las más largas esperanzas de vida. Una revisión de los indicadores sociales de Cuba revela un mejoramiento casi continuo desde 1960 hasta 1980. Varios indicadores principales, como la esperanza de vida y la tasa de mortalidad infantil, siguieron mejorando durante la crisis económica del país en los años 90 (...). En la actualidad, la prestación social de Cuba es una de las mejores del mundo en vías de desarrollo, como documentan numerosas fuentes internacionales, incluidas la Organización Mundial de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y otras agencias de la ONU, y el Banco Mundial (...). Cuba supera ampliamente a la vez a América Latina y El Caribe y a otros países con ingreso intermedio en los indicadores principales: educación, salud y salubridad pública".
Bien, a tenor de lo expuesto por una organización internacional poco sospechosa de estar dirigida por economistas marxistas, nos podemos hacer varias preguntas: ¿se podrían extrapolar tales argumentos al resto de países que critican a Cuba por su escasez de libertades, democracia y derechos humanos? ¿Es que acaso gana Estados Unidos a Cuba en el respeto a los derechos humanos, cuando su Gobierno somete a despiadadas torturas a sus prisioneros, o una gran parte de la población trabajadora no dispone de derecho a la asistencia sanitaria? ¿Acaso es objetivamente mejor tratada la ciudadanía estadounidense o europea por sus respectivos gobiernos? Hace poco el Presidente Rajoy declaraba que "le gustaba la democracia y los derechos humanos", pero comparando a la mayoría social española con la cubana, no parece que allí se esté deshauciando a la gente de sus casas, se estén reprimiendo las manifestaciones populares, se esté rescatando a la banca, o se le nieguen medicamentos esenciales para su vida a cierto tipo de enfermos, como ocurre actualmente en España. ¿Hasta dónde es capaz de llegar el cinismo desalmado de unos dirigentes con tal de derrocar a un Gobierno socialista? Es cierto que el régimen cubano posee muchos defectos que habría que corregir, evidentemente no es perfecto, pero comparado con los modelos de sociedad neoliberales que se implantaron en el resto de América Latina en la década de los 90, o con los que ahora se están implantando en la Unión Europea, va un abismo.
Y si hablamos de política exterior y de solidaridad internacional, ¿es que gana Estados Unidos a Cuba? Cientos de médicos cubanos han sido enviados recientemente a los países africanos afectados por el brote del virus del ébola, mientras que USA ha enviado a algunos miles de marines, para tener controlada a la población ante la alarma social provocada. Y mientras Cuba jamás ha realizado o participado en acciones bélicas, de contienda militar o de agresión o invasión a terceros países, ni ha apoyado a coaliciones belicistas o a bloques militares, la lista de las incursiones de este tipo llevadas a cabo por los Gobiernos estadounidenses sería interminable. Por tanto, alcemos nuestra voz ante tanta basura y manipulación informativa. Basta ya de tanta hipocresía capitalista, porque lo que se esconde detrás de dichas críticas, es únicamente la imposibilidad manifiesta de un sistema capitalista salvaje, agotado e incapaz de demostrar con argumentos que la sociedad que propugna es una sociedad más libre e igualitaria. Como resume en su artículo Armando B. Ginés: "Más de 300 millones de habitantes contra 11 millones. El mayor imperio militar de la Historia contra un pequeño país independiente, audaz, esforzado y valeroso. Esa es la cruda realidad de los hechos objetivos que los medios de comunicación occidentales no expresarán en sus grandes titulares de portada".
Por tanto y en defintiva, es evidente que el hecho que nos ocupa sentará un antes y un después en las relaciones cubano-norteamericanas, e incluso con terceros países, pero habrá que andarse con pies de plomo. No debemos caer, tras esta incuestionable victoria, en la exageración, el triunfalismo o la ingenuidad. Aunque han reconocido su fracaso, los Estados Unidos no se darán por definitivamente derrotados en su intento de desestabilizar la revolución cubana. Y tras este acercamiento, el discurso dominante se limitará a resaltar las capacidades diplomáticas del Presidente Obama, relegando a los líderes cubanos a un segundo plano, y convirtiendo el fracaso estadounidense en una nueva victoria del imperialismo. Por ello, al pueblo cubano le deseamos que continúe por la senda de la revolución, que no se aleje ni un milímetro de sus principios y de sus valores, que siga siendo fiel a ellos, a aquéllos ideales que la han llevado a constituir una de las mejores sociedades actuales, y ahora que el Gobierno norteamericano ha anunciado un cambio de rumbo en su política hacia la isla caribeña, el régimen castrista ha de tener mucho cuidado, porque a partir de ahora, los intentos de sumergir a Cuba en el salvaje capitalismo globalizado van a ser múltiples, y desde todos los frentes...Sólo la entereza, valentía y fidelidad del pueblo cubano a su revolución, a sus ansias de independencia y de libertad, podrán de nuevo y por siempre vencer a Goliaht.