De entre el conjunto de partidos pequeños y minoritarios que reclama el fin del bipartidismo, tenemos el caso especial de UPyD. El partido de la dirigente Rosa Díez lleva bastante tiempo intentando hacerse un hueco en el espacio político español (mejor diríamos españolista), en base a un ideario bastante indefinido, centrado en la crítica tanto a las posturas de PP y PSOE, aunque coincidente con ellos, incluso más a la derecha que ellos para algunos asuntos. A estas alturas, sabemos encuadrar perfectamente no sólo a los protagonistas del bipartidismo (PP-PSOE), sino a sus inestimables colaboradores de la derecha vasca y catalana (PNV-CIU), a la izquierda real y transformadora (IU), a los partidos que forman el grupo mixto, incluso a las nuevas formaciones políticas que van surgiendo, como VOX o Podemos. ¿Pero quién es UPyD? Vamos a intentar, utilizando únicamente los argumentos de los datos y la lógica, encuadrar bien a esta formación política, de cara a sus potenciales votantes.
De entrada, es postura inteligente desconfiar de los partidos que intentan hacerse un hueco sin definir claramente su ideario, bien sean de derechas o de izquierdas, porque en el fondo, suelen ser formaciones políticas muy populistas, que aprovechan las situaciones de oportunismo político para sacar tajada. De hecho, Rosa Díez (ni ningun otro dirigente de UPyD) nunca ha querido mojarse con respecto a esto, argumentando únicamente que respaldan las propuestas sensatas, vengan de donde vengan, y que tendrá que ser su electorado el que clasifique la ideología de UPyD. Básicamente, los partidos que intentan entrar en el juego político con estas credenciales son partidos sin ideología, y por tanto, más propensos a la manipulación y al populismo. Pero Rosa Díez se aprovecha de la incultura política de las personas, ironizando con su famosa frase en la que afirma que "seguro que mucha más gente en este país es de UPyD, pero no lo saben".
Sus dirigentes más famosos (Álvaro Pombo, Toni Cantó, etc.) han dejado mucho que desear en sus intervenciones públicas, cuando no han protagonizado famosas meteduras de pata. Y por su parte, el rosario de actitudes y decisiones de UPyD dentro y fuera del Congreso de los Diputados es suficientemente ilustrativa para poder situar a esta formación política en su adecuado contexto. Vamos a intentar resumirlas a continuación. En abril de 2012, el PP aprobó la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que establece el objetivo de déficit cero para el conjunto de las Administraciones Públicas a partir del año 2020, con el apoyo de CIU y UPyD. El 12 de marzo de 2013 se reafirmó en su postura al votar junto a PP, PSOE y CIU contra la Proposición No de Ley sobre la creación de una auditoría de la deuda pública, así como de una Comisión Parlamentaria que determinase los criterios económicos y sociales mediante los que poder calificar a una parte de dicha deuda como ilegítima y no pagarla.
De acuerdo con las recomendaciones de la Comisión Europea y de la propuesta del Comisario Europeo de Empleo, Laszlo Ándor, en mayo de 2013, UPyD respaldó en solitario la propuesta de contrato único que no diferenciaría entre trabajador indefinido y temporal, algo que más allá incluso de no resolver ningún problema, suponía en la práctica el despido libre y gratuito. Se aliaba de esta forma por ejemplo con la Fundación Fedea, de ideología ultraliberal, patrocinada por Abertis, Abengoa, Iberdrola, Banco Santander y BBVA, que la tenía entre sus demandas primordiales, mientras que la gran patronal CEOE lo había propuesto reiteradamente en marzo de 2010, junio de 2011 y febrero de 2013, como muy bien nos recuerda César Pérez Navarro en su epílogo al "Libro negro del bipartidismo", de donde extraemos esta recopilación. En noviembre de 2012, UPyD, dentro de su línea más reaccionaria, suma sus votos a los del PP para aprobar el llamado "Decreto Antideshaucios", que deja intacta la Ley Hipotecaria. Posteriormente, se rechaza la ILP promovida por la PAH en febrero de 2013, haciendo caso omiso a la expresa voluntad de millón y medio de personas.
El portavoz adjunto de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, sostuvo en sede parlamentaria que introducir la dación en pago retroactiva en la legislación Antideshaucios sería una "medida equivocada" y un "incentivo al impago". Añadió que sería como llamar "tonto" a quien paga su hipoteca. Asímismo, tras la expulsión del Congreso de varios activistas de la PAH, Gorriarán quiso además ultrajarlos desde su cuenta de Twitter, cuando escribió: "El momento vergonzoso del día: IU aplaudiendo a rabiar a los cafres de su plataforma que insultaban y amenazaban a diputados en el Congreso". Con comentarios de esta guisa, parece muy claro de qué parte está la gente de UPyD. Por su parte, Martín de la Herrán, líder de UPyD en Andalucía, aplaudió públicamente el recurso del Gobierno de Rajoy ante el Tribunal Constitucional contra el Decreto de la Propiedad Social de la Vivienda de la Junta de Andalucía, argumentando que "es muy cuestionable desde el punto de vista del derecho de la propiedad".
En cuanto a los escraches practicados por la PAH contra algunos dirigentes del PP, Rosa Díez calificó estas prácticas como la "kale borroka", al afirmar que a ésta la llaman así, pero es terrorismo, mientras que a las protestas contra los dirigentes "le llaman escrache, pero es acoso". Calificó dichas conductas como un "acoso absolutamente vil y cobarde e impresentable contra las personas". No consideró, sin embargo, ni vil ni cobarde, ni acoso tan siquiera, el desalojo de sus viviendas de miles de familias, inducido por la banca, ordenado por el Estado, y ejecutado por las fuerzas policiales. UPyD también se opuso a la convocatoria de huelga general contra la reforma laboral del PP reclamando "el mismo respeto al derecho a ejercer la huelga como al derecho a trabajar". Rosa Díez aclaró la postura de su partido en los siguientes términos: "Como diputados ni siquiera pasa por nuestra consideración hacerla, pero si no lo fuéramos, tampoco iríamos a la huelga (...). UPyD no va a apoyar ni a votar, ni a suscribir de ninguna manera, iniciativas de ningún tipo a favor de esa huelga". Seis meses después, respaldó la propuesta de "regular el derecho de huelga" formulada por el Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Rosa Díez señaló entonces que "esa no era una petición nueva, sino una petición histórica y yo diría que una asignatura pendiente de nuestra democracia que, de vez en cuando, se pone sobre el tapete cuando hay asuntos importantes o huelgas que objetivamente generan preocupación a los ciudadanos".
Ya vemos el calado de la "democracia" de la sigla D de UPyD. Con motivo del 82 Aniversario de la II República, el Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural quiso "dejar claro que la II República significó un avance democrático en derechos civiles, y que supuso un paso adelante en la vida social y política de España", además de remarcar que "el avance fue frenado de forma violenta". Para ello, impulsó una Declaración Institucional rechazada con los votos de UPyD y PP. Y la misma suerte han corrido otras iniciativas memorialistas. Han sido apoyadas por todos los grupos del Congreso, con la excepción de PP y UPyD, como la declaración del 18 de julio como Día de condena de la dictadura franquista, propuesta sobre la que el portavoz de UPyD argumentó que lo que proponía la Izquierda Plural era la "reactivación del clima de la Guerra Civil". Otra de las propuestas que muchos ciudadanos desconocen sobre UPyD es el aumento del presupuesto militar, incluido en su programa electoral para las últimas elecciones generales: "establecer un gasto en Defensa racional, recuperando los niveles de inversión perdidos durante las pasadas legislaturas, y para ello, entre otras cuestiones, reactivar los programas de armamento y material suspendidos, y completar su desarrollo conforme a las demandas reales de los Estados Mayores de nuestras Fuerzas Armadas, dando especial apoyo a la emergente industria española del sector".
Por otra parte, la insensibilidad con los derechos de las mujeres llevó a la líder de UPyD a declarar que el aborto "no es un derecho para las mujeres", y que la reforma de 2009 "abrió la puerta al infanticidio a causa del supuesto que contempla el riesgo para la salud de la madre". Y recordemos también (aunque pidió disculpas a continuación por haber dado validez a unas fuentes no contrastadas) que Toni Cantó declaró en su cuenta de Twitter que "la mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas". El compromiso con el medio ambiente también es una laguna en su programa, con temas como la revisión de las subvenciones a las energías renovables, o el mantenimiento de la energía nuclear instalada. Y su apuesta pro-taurina se evidenció con el apoyo a la ILP sobre este asunto junto a PP y UPN además de en las declaraciones de Fernando Savater contra la prohibición de los toros y en sus acusaciones al movimiento antitaurino, a quienes criticó por confundir "la sangre de los hombres con la de los animales", sin olvidar otra de las frases que Toni Cantó sentenció en la tribuna del Congreso, cuando afirmó que "los animales no tienen derechos".
Bien, parece que nos vamos haciendo una idea más exacta y concreta de la ideología de este partido, que declara no estar ni en la derecha ni en la izquierda, creo que para hacerse un hueco entre el bipartidismo, pero que desarrolla un ideario bastante más reaccionario incluso que las fuerzas más a su derecha en el arco parlamentario. Pero aún tenemos más. La P de progreso en sus siglas parece que apunta a eliminar de la Constitución la especial "protección y respeto" a la pluralidad lingüística, en recuperar la pena de hasta cinco años de cárcel por convocatoria ilegal de elecciones o de consultas populares vía referéndum, o en comparar el llamado "derecho a decidir" de Cataluña con un "golpe de Estado con violencia moral", y exigir al Gobierno que, en tal supuesto, aplique el artículo 155 de la Constitución, que contempla una posible suspensión parcial de la autonomía; o en invocar el lenguaje de la ultraderecha fascista en un "editorial" de su web: "la hora de recuperar España para los españoles". Como decíamos, el oportunismo político parece ser la bandera más clara de esta formación política y de su líder, que se embarca en una cruzada para acabar con el aforamiento sin haber renunciado a éste en sus 27 años de aforada.
Y en cuanto a la política exterior, UPyD se ha alineado recientemente con las invasiones extranjeras por parte de Estados Unidos y sus aliados en Libia y Siria, además de apoyar el Tratado de Lisboa en el Congreso, y en su propio programa electoral para las Elecciones Europeas: "El Tratado de Lisboa debe ser plenamente aplicado para que la UE tenga una sola voz, y se debe considerar un punto de partida, no la meta". Y abundando en materia europea, otro de los acuerdos decisivos que UPyD se apresuró a apuntalar junto a CIU y PNV fue la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Estados Unidos con la UE, acordado previamente por PP y PSOE. En palabras de César Pérez Navarro: "Estos cinco partidos llevan a Europa su conformismo con otras políticas neoliberales como las cristalizadas en la llamada "Directiva Bolkestein", sobre los Servicios del Mercado Interior Europeo, directiva que facilitará la privatización de los servicios públicos, ahondará en la desregulación del mercado laboral y permitirá a las empresas la posibilidad de importar mano de obra barata sin que ésta tenga que sujetarse al marco legal regulador de nuestro país, entre otras cuestiones".
Sin olvidarnos de que UPyD también votó en contra de la revisión de los beneficios fiscales para la Iglesia Católica, esta vez también junto a CIU. Se nos quedarán muchas votaciones, iniciativas, propuestas y declaraciones en el tintero, pero hemos querido recoger, al menos, un breve catálogo que nos aclare la posición de este partido frente a los temas más importantes. No vemos por tanto a UPyD derogando las leyes laborales regresivas, ni apostando por una banca pública, ni abandonando la OTAN, ni nacionalizando las eléctricas, ni derogando la reforma de las pensiones, ni apostando por la renta básica, ni por un proceso constituyente, ni mucho menos, creando planes de empleo, sobre los que no han aportado ni siquiera un plan propio. Detrás de las siglas UPyD se esconde un partido populista, dócil para el sistema, oportunista frente a los temas más candentes, pero con profunda vocación reaccionaria. En definitiva, y después de este conjunto de decisiones de UPyD, creo que la respuesta a la pregunta que nos planteamos en el título del artículo puede, al menos, estar bastante más clara. Desde la izquierda, instamos a los potenciales votantes de este partido (normalmente personas hastiadas del poder, el engaño y la alternancia del bipartidismo) que tengan cuidado con la posible papeleta de UPyD, que se lo piensen bien antes de votar a esta opción política, que como hemos intentado demostrar, y creo que lo hemos conseguido, sí que tiene una ideología bastante marcada, además de practicar una buena dosis de aportunismo político.