Esta quinta entrega la vamos a dedicar a las medidas de orden democrático, las que tienen que ver con la regeneración democrática del sistema, y por tanto, no sólo con medidas concretas de orden social, sino ligando con los cambios al más alto nivel, esto es, los cambios en cuanto al modelo de Estado, aunque aquí no nos extenderemos mucho en esto, porque le estamos dedicando otra serie de artículos a dicho tema ("El Federalismo como Modelo Territorial y de Estado").
Aprovecho para decir aquí y ahora que se nos brinda a la ciudadanía el mejor momento para hacer caer el régimen, entendido como el sistema bipartidista que tenemos, y que consagra no sólo la incumplida y anacrónica Constitución, sino todos los males que han traído consigo, tales como la involución democrática, o la corrupción. Es hora de actuar, es hora de un cambio de régimen. La alternancia PPSOE está completamente agotada, y no posee ninguna credibilidad.
Las medidas serían las siguientes:
1.- Restitución de todos los derechos democráticos conculcados por el actual Gobierno del Partido Popular y anteriores, así como eliminación de todas las restricciones antidemocráticas para el ejercicio del derecho de huelga, manifestación, reunión y asociación aprobados en los últimos 30 años. Concretamente, este punto está llegando a un grado de involución muy preocupante, con multas a ciudadanos/as sólo por participar en movilizaciones, agresiones brutales de los antidisturbios, peticiones de restricción del derecho de huelga, etc.
2.- Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no pueden estar concebidos/as para reprimir los derechos democráticos legítimamente manifestados, sino muy al contrario, para garantizar su pleno ejercicio. Por ello es necesaria la depuración de todo tipo de responsabilidades por todas las actuaciones de brutalidad policial que se han ejercido últimamente contra la ciudadanía en el libre ejercicio de sus derechos.
3.- Disolución de forma inmediata de todas las unidades especiales de "antidisturbios", tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, y de las respectivas policías autonómicas.
4.- Prohibición expresa para estos Cuerpos de portar armas de fuego en las manifestaciones y actos públicos, así como de las armas "disuasorias" que actualmente utilizan dichos cuerpos, y que han causado permanentes y graves lesiones a algunas personas.
5.- Erradicar la tortura y los malos tratos a los detenidos, así como dotarles de plenas garantías para evitar dichas prácticas (cámaras de grabación, asistencia letrada obligatoria, habeas corpus, etc.), así como eliminación de las prácticas de detención preventiva e ilegal.
6.- Obligación a todos los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado de llevar su correspondiente placa de identificación en lugar visible.
7.- Puesta en marcha de un nuevo Proceso Constituyente con el objetivo de dotarnos de una nueva Constitución, que determine una nueva forma de organización territorial y de Estado, basadas en el Federalismo y en la República, respectivamente. A tal fin, disolución de las Cortes Generales y elección de una Asamblea Popular que redacte los grandes principios inspiradores de la nueva Constitución, para que se refrende por el pueblo y se puedan volver a celebrar Elecciones.
8.- El primer calificativo que debe tener este nuevo Estado es el de Socialista (que no tiene nada que ver con el PSOE, que es un partido sistémico, dinástico y corresponsable de la catástrofe actual, junto con el PP), pues serán las medidas socialistas de control y planificación de la economía (expuestas en el artículo anterior) las que garantizarán la elevación de las condiciones de vida, más allá de las que disfrutan actualmente los sectores de la clase obrera.
9.- Desde este punto de vista, y en lo concerniente a la regeneración democrática, se abrirán paso en el nuevo sistema todos los mecanismos de participación ciudadana, y todas las vertientes de democracia por las que apostamos, tales como la democracia económica (economía planificada por el Estado y controlada por los trabajadores), democracia participativa (la ciudadanía participa activamente en las decisiones políticas), democracia representativa (garantizada por una nueva Ley Electoral justa), y democracia decisoria (posible control, rendición de cuentas y revocación de cargos públicos). Todo ello contribuiría, estamos convencidos de ello, a acabar con fenómenos como el de la corrupción, y el de la grave desafección de la ciudadanía por la política y los políticos.
10.- Como organización territorial, nosotros apostamos por un Estado Federal, como el sistema mejor garante de todos los derechos democráticos y de convivencia pacífica, justa y armoniosa de todas las nacionalidades históricas existentes en el Estado Español, sin privilegios ni discriminaciones de ninguna clase, y respetuosa con el derecho de autodeterminación de los pueblos. España pasará a ser de esta forma una República Federal Socialista.
El próximo será el último artículo de esta serie, donde finalizaremos extrapolando todas las medidas de corte económico y social que hemos venido proclamando al contexto continental, es decir, a la Unión Europea a la que pertenecemos, pero que tanto se está alejando de sus pueblos, sus naciones y sus ciudadanos.