Me llevo conteniendo mucho tiempo para no escribir sobre este tema, porque sé que existe mucha afición al fútbol en nuestro país, y puede que mis críticas no vayan a ser todo lo comprendidas que yo desearía, pero creo que el mundo del fútbol y todo lo que le rodea ha llegado a tal grado de desatino, locura y desmesura, que rompe todas las consideraciones deportivas que podamos tener hacia este fenómeno, entendido como un deporte.
La primera duda que tuve cuando dedicí por fin escribir sobre este asunto fue el encuadre en la categoría del blog, pues no sabía si encuadrarlo en Política, en Cultura, en Educación, en Psicología...resulta que cuando se analiza a fondo puede entrar en cualquiera de ellas y en todas a la vez, así que decidí encuadrarlo en Cultura, por parecerme la más general de todas. Y cuando comencé a escribir, tuve que dedicar un buen rato a poner orden en mi cabeza, pues se me venían tantas ideas al respecto, que no sabía cómo abordarlas todas, y que no se me quedara ninguna en el tintero...No sé si lo voy a conseguir, al menos voy a intentarlo. Vaya por delante mi respeto a todos los aficionados al fútbol como deporte, en la misma medida en que hay aficionados al tenis, al golf, al atletismo o al baloncesto, es decir, personas a las que les gusta este deporte (muchos de ellos lo practican en su barrio, con los compañeros de trabajo, con sus amigos, etc.), pero que no participan de este "fenómeno de masas".
¿Qué pasa con el fútbol? Me gustaría pedir opiniones más expertas que la mía, interrogar a sociólogos, por ejemplo, a ver si me podían explicar qué le ocurre a una sociedad para que lleve una manifestación deportiva, a un fenómeno social de este calibre. Puedo entender (esto ha ocurrido a lo largo de muchas civilizaciones) que el deporte sea representativo de una sociedad, que se identifique con una cultura, pero no que llegue a ser un fenómeno totalmente idiotizante y anestesiante de toda una sociedad, con manifestaciones de masas, movimientos de capital, paralización de actividades, y expresión de rivalidades hasta el más absoluto ridículo. Por tanto, y seguro que se me quedan muchas por enumerar, no me parecen normales ciertas situaciones a las que hemos llegado con el fútbol, como las siguientes:
1.- No me parece normal que un país quede paralizado ante un evento deportivo, sea éste el que sea, como ocurre con un partido de fútbol de cierta envergadura, donde se ven avalanchas de gente para conectarse al televisor de casa, reunirse con los amigos o ponerse delante de la pantalla gigante de un bar durante dos horas a ver el partido. Además, se despliega toda una parafernalia en torno a este tipo de acontecimientos, todo un ritual entre los aficionados más acérrimos, que me parece totalmente demencial.
2.- No me parece normal que los sueldos de grandes futbolistas y entrenadores de élite de los grandes equipos manejen cifras ASTRONÓMICAS, cuando después de terminar el partido cada cual vuelve a su cruda realidad, a tener que pelearse con el día a día de una sociedad y un país que no ofrece a sus ciudadanos ni siquiera un puesto de trabajo y una vivienda dignos.
3.- No me parece normal que exista esa desmesurada afición, que los no aficionados a este deporte sean vistos como la "rara avis" de la sociedad, y que el fútbol y todo lo que le rodea sea objeto de conversaciones en el trabajo y con los amigos, exponente de esa rivalidad y de esa enloquecida afición por los grandes equipos (aunque también se sea de los pequeños), que sólo demuestra el grado de idiotización al que esta sociedad nos lleva.
4.- No me parece normal que los Clubs de Fútbol constituyan hoy en día Sociedades Anónimas (S.A.), con un presupuesto desorbitante, que los presidentes, como ya ocurría con el polémico Jesús Gil y Gil, o bien con la familia Ruiz Mateos, sean prototipos de grandes empresarios, y que por tanto, el fútbol como manifestación deportiva haya degenerado en el fútbol como negocio y como gigante del mundo empresarial, con un movimiento escandaloso de terceros intereses, ligados a gigantescas intervenciones y movimientos económicos.
5.- No me parece normal que existan esos enfrentamientos en el campo de fútbol y fuera de él, entre los aficionados y los propios jugadores, que muchas veces protagonicen dichos espectáculos de chabacanería, y que en partidos relevantes las aficiones se tiren a la calle para celebrar sus victorias, con la toma del espacio público para vitorear a sus equipos, y con el destrozo de material urbano y similares, el enfrentamiento entre personas descontroladas y la situación de caos e incomodidad producidas.
6.- No me parece normal que el fútbol sea referido en todos los eventos, por todo tipo de personas, de tal o cual profesión, como una referencia espejo de muchas otras, como por ejemplo que los periodistas pregunten a los políticos por sus predicciones para los partidos, o que los presidentes de las CCAA se codeen con los presidentes de los clubs de fútbol con toda camaradería y naturalidad.
7.- No me parece normal que la información deportiva (que ya de entrada no entiendo que tenga que compartir cartel con el resto de la información) se haya convertido en la información futbolística, que los periodistas deportivos se hayan especializado tanto en este tema, y que la noticia de un gran partido se codee en los titulares informativos al lado de otras noticias de gran interés nacional. En muchas ocasiones, la información deportiva se limita a los cotilleos de turno en torno a las demenciales declaraciones de tal o cual entrenador, a la resaca de tal o cual partido, o a los preparativos del mismo, ofreciéndonos todo un lamentable espectáculo informativo.
8.- No me parece normal, en fin, que los futbolistas se conviertan en referente de nada en nuestra sociedad, pero así ocurre, y para muchos niños en edad escolar, signo de la pobre educación que reciben y del carácter enfermizo de nuestra degradante sociedad, los referentes de éxito sean los grandes futbolistas, con la pléyade de fans y seguidores de todo tipo, que no ven más allá que la estatua de sol erigida como símbolo del poder y del dinero que ingresan sus magníficas cuentas.
Como dije al principio, seguro que se me quedan en el tintero otras muchas consideraciones, pero quiero ir terminando, para no alargar mucho el tema...se podrían seguir comentando muchas cosas, pero creo que a buen entendedor pocas palabras le bastan, y valga este repertorio para poner mi granito de arena en contra del fenómeno del fútbol tal y como hoy en día es venerado y cultivado como un gran tótem en nuestra sociedad, tan manipulada e idiotizada por nuestros gobernantes, que fenómenos como éste representan muy buenos anestesiantes de la cruda realidad del mundo en que vivimos.