Consideramos que el único CIE que puede respetar los derechos humanos es aquel que está cerrado
Bien, a tenor de todo lo que hemos venido contando durante las últimas entregas de la serie, entendemos que los lectores encontrarán absolutamente necesario y evidente la solicitud (como de hecho piden todos los MMSS que trabajan en este área) de cierre absoluto, total y definitivo de todos los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) que existen en nuestro país, por los motivos ya aducidos, y explicados profundamente. Esta petición lógicamente se hace a nivel de toda la Unión Europea, mejor dicho, a nivel de todos sus Estados miembro, pero con respecto al Gobierno español, estos movimientos sociales exigen concretamente el fin inmediato de las expulsiones y las devoluciones en caliente y la retirada de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla, así como el cierre inmediato de todos los CIEs, comenzando con el cierre del Centro de Estancia Temporal de Extranjeros de Melilla (CETI); la tramitación de las solicitudes de protección y asilo en un centro de recepción para trasladar rápidamente a las personas solicitantes a la península y la apertura de oficinas de protección internacional en las fronteras de Ceuta y Melilla, con garantías de que las personas que llegan por nuestra frontera sur puedan acceder a ellas.
Pero no quedan aquí los cambios que hay que conseguir. También reclaman la aprobación urgente de un Reglamento de la Ley de Asilo hasta que se modifique esta ley y que se agilicen las tramitaciones de solicitudes de protección de todas las personas solicitantes, así como el compromiso de no hacer una discriminación entre peticionarios de uno u otro país, ni en el momento de aceptar solicitudes ni en el de su tramitación. El cumplimiento inmediato de los compromisos de reubicación y reasentamiento que el Estado Español ha adquirido es otra de sus reivindicaciones más urgentes. Asímismo, acabar con el negocio de los vuelos de deportación masiva, también relatados en entregas anteriores. A comienzos del pasado mes de abril, y a instancias de todos estos MMSS (que en seguida detallaremos), el grupo parlamentario de PODEMOS-En Comú Podem solicitó al Gobierno que comenzara por la no reapertura del CIE de la Zona Franca de Barcelona, que lleva cerrado por reformas desde octubre de 2015, y cuya reapertura estaba prevista para el pasado mes de marzo. El texto de la proposición recuerda que en nuestro país disponemos de siete CIE, y que "no es en absoluto obligatorio que el Estado Español interne a las personas extranjeras para su expulsión, o cuente con ningún otro centro con este régimen de privación de libertad".
Tampoco desde el punto de vista de eficiencia económica los CIE están justificados, ya que el Ministerio del Interior reconoció un gasto de 8,8 millones de euros anuales destinados a la gestión de estos centros de internamiento, y casi otros 12 millones en 2015 para la ejecución de los vuelos de deportación masiva, en los que también se han registrado, como ya venimos contando, innumerables denuncias de abusos policiales y sedaciones forzosas. Y así, Amnistía Internacional (AI), Stop Mare Nostrum, Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Caminando Fronteras, Coordinadora de Barrios, Red Acoge, SOS Racismo, Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura, Médicos del Mundo, Psicólogos Sin Fronteras, Foro Alternativo de la Inmigración, o Ateneo Popular de Solidaridad Entre Pueblos, entre otros muchos MMSS y ONG's relacionadas, están luchando por conseguir no sólo el cierre de todos los CIE de nuestro país, sino también los objetivos básicos que permitan alcanzar y vivir en una sociedad que respete absolutamente los derechos humanos de las personas migrantes, ya sean por motivos de asilo político (refugiados), ya sean personas que emigran para conseguir sus sueños y esperanzas de trabajo, ilusión y libertad.
De entrada, todos ellos participan, junto a otras muchas organizaciones y colectivos, en la Campaña por el Cierre de los CIE, un estupendo portal que recoge documentos, denuncias, fotos y vídeos, notas informativas e informes propios, centralizando toda la actividad de protesta estatal en torno a los centros de internamiento, y que en el pasado mes de abril cumplió seis años de lucha. Muy buenas referencias tenemos también del colectivo que integra Stop Mare Nostrum, un movimiento social que nació con el objetivo de evitar las terribles muertes por ahogamiento en nuestro Mar Mediterráneo, tal como explica Juli Tello en este vídeo. Se trata de una reciente plataforma ciudadana, que tiene por objetivo fomentar un cambio en las políticas europeas migratorias y de extranjería. Su trabajo se basa en dos ejes: la sensibilización, concienciación y formación de la ciudadanía por un lado, y por otro lado la incidencia política. Realizan todo un estupendo trabajo de concentraciones y movilizaciones, charlas y propuestas políticas. Este movimiento nació a finales de abril de 2015, después de la terrible muerte de unas 800 personas en un naufragio en la costa italiana, en el Canal de Sicilia, y fue a partir de tal acontecimiento que decidieron formar este colectivo, para impedir en la medida de sus posibilidades que volviera a ocurrir. Han estado presentes en Lesbos, durante las últimas llegadas de refugiados, por lo cual disponen de amplia experiencia.
Pero quizá de entre todas las ONG's y movimientos sociales referidos anteriormente, sea Amnistía Internacional la más veterana de todas ellas, así como la que posee mayor influencia, prestigio y radio de acción. Según su propia definición: "AI es una organización global e independiente formada por más de 7 millones de pesonas que actúan contra la injusticia defendiendo los derechos humanos en todo el mundo". Y así, en Malawi, en Thailandia, en Irán, en Turquía, en México, en Kenia, y en miles de sitios más repartidos por todo el globo, Amnistía Internacional desarrolla su trabajo con total respeto, independencia y profesionalidad. AI fue fundada en 1961 por el abogado británico Peter Benenson, a raiz de un artículo que publicó en el diario "The Observer", en el que instaba a personas de todo el mundo a actuar para conseguir la excarcelación de 6 reclusos portugueses a los que denominó "presos de conciencia", es decir, personas encarceladas por sus convicciones políticas o religiosas, que no habían recurrido a la violencia ni incitado a su uso. Aquél artículo tuvo una repercusión internacional asombrosa, creándose a partir de ahí un nuevo tipo de activismo social que daría excelentes resultados en la lucha contra la injusticia y el abuso de poder, consistente en la acción de muchas personas anónimas a favor de otras personas víctimas de violaciones de los derechos humanos. Como hito fundamental, hay que destacar que en 1977 Amnistía Internacional fue recompensada con el Premio Nobel de la Paz, y un año más tarde, la organización fue galardonada con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Continuaremos en siguientes entregas.