Sólo se me ocurre una palabra para expresar el sentimiento que me provocó la publicación de la noticia hace algunos días acerca de los sueldos de nuestros banqueros, y también en relación al ranking mundial: INDIGNANTE. Creo que es tanta la rabia contenida, que ni siquiera se podría expresar con palabras, y no creo equivocarme si digo que una inmensa mayoría de personas también pensará lo mismo. Cojamos por ejemplo un sueldo medio de un banquero español: se sitúa alrededor de los 3 millones de euros anuales, que prorrateándolo diariamente, salen a más de 8.000 euros al día: es decir, que estos señores ganan en un sólo día (365 veces al año) lo que un currito medio español cobra en medio año: ¿cómo se nos queda el cuerpo? Y hemos tomado un sueldo medio, porque los hay todavía mucho más elevados, superando incluso los 5 millones. Si nos vamos al resto de los banqueros del planeta, los nuestros están en una buena posición. Por otra parte no era muy difícil imaginárselo, cuando en el mundo de la empresa privada sabemos que un mando intermedio, o cualquier Director de pacotilla, gana del orden de 5 ó 6 veces más que sus subordinados...De pena. Pero lo de Banca es que de verdad no tiene nombre.
Pero además a esto hay que sumar dos considerandos muy importantes, que hacen todavía al tema de los sueldos si cabe más bochornoso, escandaloso e indecente:
1.- Las entidades presididas por estos señores (si no ellos directamente, los primos suyos americanos, ingleses o franceses) fueron las que provocaron la actual crisis económica, que tiene como sabemos un gran componente especulativo, a base de operar con lo que los economistas denominan "productos tóxicos".
2.- No sólo no han pagado la crisis, puesto que el Gobierno no ha adoptado para ellas nuevas medidas de control fiscal y financiero, sino que además, van a salir fortalecidas con la crisis, porque el Estado ha acudido al rescate de las que tenían su solvencia más en peligro.
Hablando de estas cosas se me viene a la memoria esa escena de la película de Paco Martínez Soria titulada "Don Erre que Erre", donde un simple ciudadano que no estaba dispuesto a dejarse pisotear por la grandeza del sistema capitalista, se enfrenta a él (nada menos que al Banco Universal) y consigue vencerlo, aunque como muy bien dice el guionista de la película, "No sabemos si David venció a Goliath, o bien si Goliath fue vencido por otro Goliath más fuerte". La escena a la que antes me refería era aquélla donde el protagonista dice de los Bancos que siguen manteniendo la misma esencia desde los tiempos de José María "El Tempranillo", famoso bandolero del siglo XIX, donde ya raspaban las antiguas monedas de oro, y se quedaban hasta con las raspaduras. Efectivamente, la Banca representa hoy por hoy la cara más temeraria y agresiva del capitalismo, la vertiente más atroz, despiadada e insensible de un sistema que se dedica a aplastar a los pobres para que puedan vivir los ricos. Ya lo cantó José Menese por tientos:
"Van unidos siempre hasta el morir,
sin la fatiga y la miseria de un pobre,
no podrá un rico vivir".
Y esta letra, con esa carga emocional tan directa, llana y sencilla, pero a su vez tan terrible, expresa perfectamente lo que la Banca representa desde siempre: desde los antiguos usureros del siglo XVII, hasta las multinacionales financieras del siglo XXI. Sólo hay una lectura, porque estos señores que cobran esas cifras tan obscenas y vergonzantes, son los mismos que se dedican por ejemplo a practicar los deshaucios a la clase modesta y trabajadora, cuando no pueden pagar la hipoteca de su vivienda: repito, de su vivenda, no un lujo, sino un derecho fundamental de los ciudadanos recogido en la propia Constitución. Y no les tiembla la mano al poner a la buena gente, a la gente humilde y trabajadora de patitas en la calle, mientras ellos siguen con su tren de vida, lujoso y elegante. Así que además de los Stress Test que les obligan a superar las autoridades económicas europeas, más les valdría superar los Sensibility Test, para que no fueran capaces de tanta fechoría.
Pero todavía siguen las anéctodas y paradojas sobre estos temas, como la que hace poco protagonizaron los grupos de Izquierda del Congreso de los Diputados, en una de las sesiones de control al Gobierno: el diputado de ERC Joan Ridao interrogó al Presidente Zapatero sobre sus intenciones para apoyar o no una iniciativa legislativa para cancelar la hipoteca de una vivienda una vez que ésta se entregara al Banco por su titular, por no poder hacer frente a los pagos; es decir, estos grupos proponen que la entrega de la vivienda al Banco les libere de la obligación de seguir pagándola; pues bien, la respuesta de Zapatero fue que no se podía plantear este tema, porque iría en detrimento de la fortaleza de nuestro sistema financiero. Interrogada la Vicepresidenta Salgado por los periodistas sobre este mismo tema, se pronunció en parecidos términos. Bien, pues yo sometía a la señora Salgado, como cobaya de laboratorio, a que estuviera durante un año con un subsidio de 400 euros mensuales, intentando hacer frente a una hipoteca media de una vivienda media, a ver si entonces seguía pensando de la misma manera, y le seguía importando tanto el sueldo millonario de los banqueros. Afortunadamente, se está procediendo a una etapa de recogida de firmas, tras la cual se podrá plantear dentro de poco como una Iniciativa Legislativa Popular. Sin más comentarios.