Blog de Rafael Silva. Presenta artículos de opinión basados en la actualidad política, cultural y social.
Acabar con las energías fósiles es necesario pero el cambio no lo impulsarán los grandes contaminadores que hacen todo lo posible por mantener este sistema. ¿Cómo explicar de otro modo la hipocresía de los países que por un lado firman este acuerdo y por el otro se vinculan mediante otros acuerdos comerciales dañinos para el medio ambiente como la Asociación Transpacífico y el Tratado Transatlántico de Libre Comercio?
Retomamos esta serie de artículos después de varias semanas, durante las cuales hemos tenido buenas noticias en cuanto al TTIP (parece que está muerto, aunque todavía no enterrado), sobre todo gracias a las intenciones proteccionistas del nuevo Presidente norteamericano, Donald Trump. Pero como decimos, nuestra guerra contra la implantación de la nueva hornada de Tratados de Libre Comercio (en realidad, como ya hemos explicado, un eufemismo para ocultar nuevos y potentes ataques contra los derechos sociales, laborales, culturales, económicos, sanitarios y medioambientales de la población mundial) sigue muy viva, ya que aún tenemos varios frentes abiertos. En esta entrega vamos a hacernos eco de un reciente artículo publicado por Ecologistas en Acción, donde esta organización nos urge a nuevas movilizaciones ante la inminente votación del CETA en el Parlamento Europeo. Lo reproducimos a continuación:
La campaña "No al TTIP", de la que forma parte Ecologistas en Acción, ha convocado un Día de Acción Global para demandar al Parlamento Europeo que vote “no" al acuerdo comercial y de inversiones entre la UE y Canadá, el CETA.
Está previsto que el próximo 14 de febrero el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo vote la ratificación del CETA. Por tal motivo, la sociedad civil, sindicatos, agricultores y activistas de organizaciones ciudadanas, culturales y políticas de toda Europa, también del todo el Estado Español, saldrán a la calle el sábado 21 de enero con el objetivo de frenar este tratado económico y comercial entre la UE y Canadá, también conocido como el "TTIP canadiense".
"El movimiento europeo contra los acuerdos comerciales como TTIP y CETA ha conseguido poner contra las cuerdas las negociaciones comerciales de la UE”, ha declarado Luis Rico, uno de los portavoces de la campaña. "La sociedad se está rebelando contra el contenido de estos acuerdos, que están pensados únicamente para incrementar el flujo de inversiones, el comercio y el poder de las grandes empresas. Proponemos un modelo comercial que evite los efectos negativos de la globalización. Por eso el sábado volveremos a salir a la calle para decir que las personas y el planeta están antes que las multinacionales”, ha concluido Rico.
En el caso de que se ratifique del CETA, el próximo 14 de febrero amplias secciones de este acuerdo comercial y de inversiones se aplicarán provisionalmente, incluso antes de que sea votado para su confirmación final en los distintos parlamentos nacionales de los 28 miembros de la Unión Europea (UE).
Pero antes de esta votación decisiva, varias comisiones parlamentarias tienen que expresar y votar su opinión sobre el tratado. En diciembre la resolución de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales (EMPL) recomendó votar en contra el CETA. Sin embargo, la Comisión de Medioambiente (ENVI) que se celebró el pasado jueves 12 de enero respaldó el acuerdo. El próximo 24 de enero será la Comisión de Comercio Exterior (INTA) quien tenga que definirse sobre el tratado.
Por este motivo, la campaña No al TTIP ha estado manteniendo numerosos contactos con europarlamentarias y europarlamentarios, y ha celebrado reuniones con representantes de algunas fuerzas políticas en el Parlamento Europeo.
La campaña ha constatado la profunda división interna que existe en los grupos socialdemócrata (S&D) y demócrata-liberal (ALDE), donde diversos europarlamentarios han votado en contra de este tipo de acuerdos y han expuesto sus preocupaciones ante los graves peligros que implica la aplicación de este tratado en aspectos como el empleo, el sector agrícola, el principio de precaución, los servicios públicos o la futura cooperación reguladora.
"Es una falacia decir que este tipo de acuerdos comerciales y de inversión es una forma de gobernar la globalización o de mejorar la gobernanza global”, ha manifestado Cuca Hernández, portavoz de la campaña. “El texto del CETA”, ha añadido Hernández, "llama barreras comerciales a las salvaguardas para la salud y el medioambiente; trata de establecer tribunales para garantizar las ganancias de las grandes multinacionales; y desregulariza muchos aspectos que tienen relación con los servicios públicos y los derechos laborales. Aunque nos lo quieran vender como un intento de gobernar la globalización, el CETA ahonda la actual crisis global de desregulación del mercado, el empleo y el capital".
La campaña No al TTIP ha expuesto a las europarlamentarias/os españolas/es que el texto del CETA y la "declaración interpretativa" que la acompaña incluye aspectos preocupantes, tales como:
Continuaremos en siguientes entregas.