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Blog de Rafael Silva. Presenta artículos de opinión basados en la actualidad política, cultural y social.

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El Genocidio Palestino (XVI)

El Genocidio Palestino (XVI)
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Estados Unidos, sin ambages, sin rubor alguno, sostiene que sus medidas van destinadas a proteger a Israel: su perro fiel, el hijo putativo que lleva a cabo sus políticas hegemónicas en Oriente Medio y sirve de instrumento desestabilizador en otras partes del mundo. Washington ha declarado que no se va a someter a ningún organismo internacional porque en su delirio imperial considera que es el juez del mundo y en esa función no puede ser enjuiciado y menos aún sus compinches en los crímenes cometidos y aquellos que se sigan ejecutando

Pablo Jofré Leal

Hemos hablando mucho en entregas anteriores sobre los israelíes, pero...¿quiénes son los palestinos? Básicamente un pueblo que lucha desde hace décadas contra la colonización de su territorio. Los palestinos son un pueblo que vive en un territorio con una posición geopolítica privilegiada, ambicionada por todos los que quieren ejercer el dominio hegemónico sobre Oriente Medio y sus recursos, e impedir a toda costa la unidad árabe, como bien explican Nicola Hadwa y Silvia Domenech en este artículo para el digital Rebelion. Retomo las palabras de estas autoras: "Su lucha no es de hoy. Son un pueblo que lleva decenas de siglos defendiendo su tierra contra disímiles imperios y agresores, que sufrió hace ya más de un siglo, desde finales de la década del 30 del siglo XIX y aún bajo el Imperio Otomano, la ocupación colonial sionista, la llegada de judíos importados y el establecimiento de asentamientos judíos promovidos por el imperio colonial británico. Y cuyo territorio ha sido objeto de componenda para satisfacer los intereses de la gran burguesía judía y los del imperialismo no una, sino por los menos dos veces. Primero, cuando hace unos 95 años, en 1917, estos intereses se arrogaron el derecho, que no tenían, de ceder unilateralmente la tierra palestina para establecer el "hogar nacional judío", y hace 64 años, cuando la ONU repitió el hecho al fabricar un Estado artificial en ella para ellos". Palestina es un pueblo árabe básicamente colonizado. Y su colonización llega hasta hoy día, en pleno siglo XXI. Palestina es un pueblo que ha sido objeto de una política de limpieza étnica, generada por la usurpación armada de su tierra por parte de los sionistas, de la cual han sido expulsados, saqueados, arrojados y desplazados por la fuerza. Palestina es un pueblo que ha sido objeto de una confiscación "legal" llevada a cabo de forma sistemática y que sigue siendo desposeído por la violencia, de manera continuada y sostenida. Quizá ningún otro pueblo haya sufrido tanto como Palestina. A los que se les ha obligado a emigrar se les ha llamado la diáspora palestina, son personas que no tienen derecho a regresar a su país, y casi nadie habla ni se acuerda ya de ellos. Puede ser que sus familias se hayan integrado en los países donde residen, o como miles de ellos, vivan aún hacinados en campamentos y reciban el indecente nombre de "refugiados" sin serlo, porque en realidad lo que han sido es despojados vilmente de sus tierras. Ni siquiera podemos imaginar el dolor y el sufrimiento que puede causar eso. Solo alguien que lo haya vivido en sus carnes podría entenderlo. 

 

Y puede que ni siquiera se les reconozca como refugiados de manera oficial, porque conforme a lo que entienden los organismos internacionales, sólo lo son los que fueron expulsados en 1948, pero no los de 1967, ni tampoco ninguno de los miles que se ven obligados a desplazarse en su propio país o a viajar a terceros países, porque sus casas han sido bombardeadas, o quizás "legalmente" confiscadas o simplemente destruidas. Palestina es un pueblo lleno de dignidad. Lleno de memoria. Y los palestinos que han logrado quedarse en su tierra (hasta ahora), no lo tienen mejor. Se han concentrado sobre todo en dos zonas aisladas: Gaza, bombardeada y bloqueada, prácticamente sin agua ni alimentos, convertida hoy en un campo de concentración donde malviven millón y medio de personas. Y lo que va quedando de lo que en algún momento se denominó Cisjordania, que está siendo fragmentada, amurallada y sometida a constantes presiones. El panorama es, pues, inhumano y desolador. A estas zonas se las conoce como Territorios Palestinos Ocupados por estar, como se dice, bajo un régimen de ocupación militar. Pero esta denominación es irónica, porque por un lado, el territorio palestino que ciertamente está bajo ocupación extranjera es el que actualmente tiene Israel, defendido por los sionistas y sus aliados. Y por otro, porque no existe un pedazo de tierra en Palestina habitada por palestinos que, de hecho, no se encuentre amenazada por las armas sionistas y sus habitantes no estén bajo constante agresión. Y en medio de este agónico desastre: ¿quiénes son los palestinos? Su vida es caótica, carente de medios para subsistir y sobrevivir. Los palestinos son un pueblo al que el sionismo niega todo tipo de derechos, incluso su propia existencia como tal. Palestina ha sido objeto de una política de imposición, agresión, colonización y terror asociada a la voluntad sionista de negarlos, de exterminarlos, de hacerlos desaparecer de la faz de la Tierra. Por supuesto, no reconocen su nación, e imponen su dominio geopolítico y económico en la región, mostrando cada día la supremacía de su ideología. 

 

Pero los palestinos son un pueblo con coraje. Con una profunda alma de resistencia y de tenacidad. Su lucha por sobrevivir es continua. Pero resisten. Son personas que, a pesar del continuo régimen de terror y acoso al que están sometidas, y a la desconfiguración que se ha hecho de su historia y de su identidad, han debido luchar dentro y fuera de su país, y lo siguen haciendo hoy, sobreviviendo como un solo pueblo, aún soportando los esfuerzos de todo tipo que el imperialismo y el sionismo realizan para que su causa desaparezca, se diluya, deje de existir. Adulteran su sufrimiento, minimizan su causa, adormecen sus conciencias, someten a maltrato sus cuerpos y sus mentes, los desvían de su lucha, no les dejan cuartel, e impiden que se desarrolle su fuerza más poderosa: su unidad, dividiéndolos desde dentro y desde fuera. Pero los palestinos son un pueblo poderoso. Un pueblo que está demostrando ser digno heredero, en tanto árabe, de una estirpe cuya cultura, costumbres y tradiciones, signadas por el islamismo, tiene también una enriquecida tradición de lucha por la libertad y la independencia. Palestina es un pueblo que lleva más de medio siglo enfrentándose directamente al sionismo, porque Israel ha ejercido contra ellos todo tipo de acciones de limpieza étnica, usurpación de propiedades, invasiones militares, destrucción y expulsión de sus pobladores, asesinato y genocidio. Y un pueblo cuyas Intifadas, luchas de piedras palestinas contra tanques, cañones y las más sofisticadas armas sionistas (los Estados Unidos los tienen bien provistos) han demostrado su enorme valía y su enorme capacidad de resistencia y de sacrificio para defender la tierra palestina y sus derechos frente a aquellos que quieren sojuzgarlo, utilizarlos como ejemplo para minar la hermandad de los pueblos árabes, o simplemente hacerlos desaparecer. Pero Palestina no se rinde. Quizá sea el ejemplo vivo de un pueblo con mayor dignidad que se conoce. Su lucha tiene raíces profundas y sólidas, que se proyectan mucho más allá del esfuerzo por alcanzar su libre autodeterminación como nación. Estas raíces proyectan la lucha palestina como movimiento nacional por su liberación e independencia real, y su victoria no solo implicará la del pueblo palestino, sino la de toda la humanidad. 

 

Palestina es un pequeñísimo país que ocupa en el mapa un lugar de no más de 20.000 kilómetros cuadrados, sin apenas recursos naturales, devastado por la ocupación israelí, donde la vida cotidiana, como decimos, se vuelve un asunto de supervivencia desde todos los puntos de vista. Pero este punto del planeta no es solo un punto caliente, sino "un punto de fusión política, ética e histórica del mundo" ("El apocalipsis perpetuo"). ¿Se le deja a Palestina alguna salida digna? La propuesta de los dos Estados, además de no llevarse a cabo, es claramente insuficiente. El economista egipcio Samir Amir observa que del lado israelí la propuesta, absolutamente indecente, comprende un Estado palestino sin ejército (solo con una fuerza policial), fronteras exteriores controladas por Israel, una Jerusalén unificada bajo soberanía israelí, y sin capacidad para firmar acuerdos con terceros países que sean considerados enemigos de Israel. Una vergonzosa propuesta. José Steinsleger, en este artículo para el medio mexicano La Jornada, explica: "Los sionistas continúan aplicando a los palestinos el castigo infinito, y según la ONU, 2016 fue año récord con respecto al número de demoliciones en los últimos siete años: mil 89 propiedades palestinas en el territorio invadido desde la catástrofe, matanza y expulsión del pueblo palestino por los grupos armados del sionismo (Nakba, 1948)". Seguramente dicho récord se habrá visto superado. Israel continúa su implacable genocidio contra el pueblo palestino: niños, mujeres, ancianos...Más de medio siglo de ocupación ilegal, de vergüenza, de impunidad, de uso desproporcionado de la fuerza, de violentos saqueos, de bombardeos indiscriminados, de destrucción y fuego arrasador. Más de medio siglo de traslado forzoso de personas, de viviendas destruidas, de confiscación de tierras, de expolio de posesiones, de castigo colectivo. La población palestina continúa siendo masacrada y torturada, e ignorada por el resto del mundo. Continúan pagando un precio demasiado alto, mientras la desidia y la vergüenza de la comunidad internacional se hace patente día tras día. 

 

Tomo datos a continuación de este artículo de Víctor Arrogante, uno de nuestros más veteranos y lúcidos analistas: la Autoridad Nacional Palestina apenas controla el 18% de Cisjordania, que a su vez representa, junto con la Franja de Gaza, el 22% de la Palestina histórica. Medio siglo después de la fulminante guerra de 1967, la ocupación se ha consolidado en toda Cisjordania, donde residen más de 800.000 colonos judíos, que representan el 13% de la población de Israel. Frente a la política de hechos consumados, la paz parece más lejana que nunca, sobre todo por la falta de compromiso real de la comunidad internacional. ¿Llegará algún día donde podamos celebrar que se alcanza un acuerdo justo y duradero entre israelíes y palestinos que ponga fin a la ocupación y asegure la paz, la estabilidad y la prosperidad en la zona? No mientras el escenario internacional sea el que es, con un Israel absolutamente fanático, con unos Estados Unidos "amigos inquebrantables" del terror y de la impunidad israelíes, y con el resto de la comunidad internacional mirando para otro lado, haciendo ver como que el problema no existe. Intermón Oxfam, una de las ONG más comprometidas, viene lanzando un llamamiento para que se alcance una solución global negociada, basada al 100% en el derecho internacional, apoyando la fórmula de los dos Estados, condenando toda violencia hacia la población por las dos partes, que merecen vivir dignamente, libres del miedo a la violencia y a la opresión. Y es que después de 70 años el pueblo palestino sigue sometido a los designios de Israel. Es una asignatura pendiente que parece no aprobarse nunca. Y es que más de 70 años han pasado desde que la ONU aprobase su plan para la partición de Palestina, en 1947. Con supuesta buena fe, se intentaba dar una respuesta justa al conflicto entre árabes y judíos, entre palestinos e israelíes. Pero la presión de la comunidad sionista internacional hizo que este plan fracasara. La partición de la zona no contentó a ninguna de las dos partes. Continuaremos en siguientes entregas.

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