Overblog Todos los blogs Blogs principales Política
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
MENU

Blog de Rafael Silva. Presenta artículos de opinión basados en la actualidad política, cultural y social.

Publicidad

El Genocidio Palestino (y 33)

Fuente Ilustración: Hispan TV

Fuente Ilustración: Hispan TV

Publicidad

El Estado de Israel ocupa territorios, incumple los acuerdos internacionales y masacra inocentes impunemente porque goza del beneplácito de las finanzas internacionales, del veto de los Estados Unidos en la ONU y del consentimiento en cadena de sus aliados. (…) Israel fuerza las normas más allá de toda razón porque el propósito de sus dirigentes no es la convivencia, sino la anexión de territorios, la sumisión del enemigo o su exterminio

Santiago Auserón

No existe ley que respete Israel, no existe determinación de la ONU, llamados de organizaciones de derechos humanos, voces de condena que limiten el actuar sediento de sangre de la entidad sionista. Un Israel que sigue robando tierras palestinas, que sigue masacrando a su población, demoliendo casas, destruyendo cultivos, impidiendo la expresión cultural, ahogando a Palestina día a día con el aval de un mundo que ciego, sordo y mudo, no planta cara a los crímenes

Pablo Jofré Leal

Estamos analizando, ya para finalizar esta serie de artículos, el falazmente llamado "Acuerdo del Siglo", donde a iniciativa de los Estados Unidos de Donald Trump, es evidente que sólo hay un beneficiado, y éste no es otro que Israel. De hecho y como ya hemos comentado, en dicha propuesta Israel no cede ninguno de los territorios palestinos que tiene bajo su control, y mantiene la ilegalidad de los asentamientos judíos dentro de Cisjordania. Una vez más, y ya van muchas, la voluntad de Palestina fue absolutamente ignorada, como ya ocurriera, entre otras ocasiones, en los antiguos acuerdos de Camp David (1978, con Jimmy Carter), y Oslo (1993 y 1995, con Bill Clinton), ambos ya referidos durante las primeras entregas de esta serie. Desde entonces, la situación no ha hecho más que empeorar progresivamente. Hoy día, como describe la escritora y publicista palestina Arwa Mahdawi: "La vida en Gaza, bajo un bloqueo que dura ya 12 años, resulta insoportable. El desempleo sobrepasa el 50%; se dispone de escasa electricidad, y menos del 4% del agua es potable. Es prácticamente imposible entrar o salir; el lugar es una cárcel al aire libre". Y como explica James Petras: "Bajo el liderato de su primer ministro Benjamín Netanyahu, Israel se ha apoderado y ha colonizado la mayor parte de Cisjordania y ocupado militarmente el resto de Palestina; ha encarcelado y torturado a miles de disidentes políticos; ha cercado y provocado el hambre de un millón de gazatíes; y ha impuesto condiciones etno-religiosas para conseguir la ciudadanía israelí, negando los derechos básicos a más del 20% de los residentes árabes del supuesto "Estado judío". De todo ello hemos dado cumplida cuenta en las anteriores entregas, analizando cada aspecto del apartheid al que el pueblo palestino está sometido en su propia tierra. El Acuerdo del Siglo no plantea ninguna solución, ni siquiera se refiere a un posible Estado palestino, sino que plantea únicamente una serie de guetos racistas, dispersos y comunicados por medio de túneles, que además están controlados por Israel. La soberanía palestina se lleva a su mínima expresión, ya que no se reconoce el derecho de los palestinos a poseer Fuerzas Armadas, ni relaciones exteriores, ni control sobre las fronteras...

 

Lamentablemente, el mundo le teme a los Estados Unidos, la comunidad internacional en este asunto es un cero a la izquierda, ya que se encuentra amedrentada, y mucho más con la actitud del Presidente más peligroso de toda la historia de USA. El acuerdo no es más que una expresión más del arrogante unilateralismo de la gran potencia estadounidense, para la cual no existen convenios, tratados ni acuerdos que respetar, sino únicamente una voluntad a imponer: la suya. Pero frente a todo ello, la dignidad palestina no es arrastrada ni pisoteada. Como muestra de ello, recojo a continuación las palabras del Embajador de Palestina en Argentina, Abdel Wahed, en entrevista realizada por Héctor Bernardo para la Revista Contexto: "Nosotros seguimos creyendo en la paz y la convivencia, pero nadie puede imponernos una capitulación. Un pueblo digno no puede capitular. No vamos a rendirnos. Estamos plenamente conscientes de que con su poderío militar nos pueden hacer desaparecer físicamente. Nos pueden matar, pero no pueden doblegar nuestra voluntad. Tal vez eso debería ser un ejemplo para la comunidad internacional: un pueblo pequeño, empobrecido, bajo ocupación militar es capaz de decirle "No" a quienes se creen amos y señores del mundo, al presidente Donald Trump y su socio incondicional, el primer ministro Benjamín Netanyahu". Se podrá decir más alto, pero no más claro. En efecto, un pequeño pueblo, histórico pero humilde, mantiene su resistencia al invasor, y lo hace con una desigualdad de medios y de apoyos infinita. Eso es lo que distingue a los grandes pueblos (y a los grandes líderes) de los dirigentes y pueblos mediocres. Desgraciadamente, la comunidad internacional está repleta de dirigentes mediocres, a lo que no les importa nada el sufrimiento del pueblo palestino. Porque estamos convencidos de que si la inmensa mayoría de esa comunidad internacional plantase cara a las actitudes de Israel y su amigo estadounidense, otro gallo cantara: el gallo de la justicia y del respeto a la legalidad internacional. Ese gallo aún no ha cantado, ni cantará mientras tengamos un patio como el actual. 

 

El Acuerdo del Siglo es la vergüenza del siglo. Las 80 páginas del documento son un compendio de mentiras y amenazas. Esas 80 páginas solo suponen discriminación, guerra, sangre, destrucción, dolor y barbarie. No podemos consentir que se materialicen. Representan una de las condiciones de dominio más escandalosas y miserables que el mundo haya contemplado. No podemos callar ante los matones y criminales del pueblo palestino. Es evidente que esta especie de panfleto de mal gusto está destinado al fracaso, y acabará, como los demás, en el basurero de la historia. Una infame historia de atropellos hacia Palestina. Pablo Jofré Leal, en este reciente artículo, ha concluido de forma tajante y magistral: "Estamos en presencia de un plan destinado a invisibilizar completamente al pueblo palestino, hundirlo en el marasmo, en hacer olvidar los sueños y anhelos de millones de seres humanos sometidos hace 72 años al más cruel de los dominios. Un plan impositivo, criminal en esencia, destinado a generar una estructura jurídica, política, militar y de complicidad con gobiernos corruptos de la región, destinado a sepultar toda aspiración de autodeterminación de Palestina. Esto es inaceptable, no es digno, justo ni aceptable callar frente a otro de los crímenes que se está cometiendo contra millones de hombres y mujeres de Palestina, sometidos a un régimen que ha superado todo límite aceptable y que merece, incuestionablemente, la denominación de régimen nacionalsionista israelí. No callemos, nuestra dignidad como seres humanos, nuestro deber solidario con nuestros hermanos de Palestina nos obliga a alzar la voz". Y eso es lo que hacemos, desde esta humilde tribuna. Como afirma Ramzy Baroud en este artículo de su propio Blog: "Habría que ser políticamente ingenuo y moralmente ciego para asumir que en algún momento de su pasado el gobierno israelí tuvo un ápice de interés en una paz justa que garantice al pueblo palestino un mínimo de dignidad, libertad y justicia". Desde el año 1967, se estima que el régimen sionista ha detenido aproximadamente a un millón de palestinos/as en medio del pavoroso silencio de la comunidad internacional, y siempre con el perverso apoyo de los Estados Unidos. 

 

Y no hablemos ya del expansionismo (que le lleva a usurpar más y más territorios) propio de regímenes totalitarios, mediante el cual la entidad sionista va minando la capacidad de resistencia del pueblo palestino. En fin, un perfecto resumen, muy propio para cerrar esta serie de artículos, lo hace la Declaración de la Cátedra Libre Edward Said de Estudios Palestinos (Filosofía y Letras, UBA), con motivo precisamente de la publicación de ese bochornoso "Acuerdo del Siglo". Dicha declaración dice textualmente: "Desde el 2 de noviembre de 1917 cuando mediante la llamada Declaración Balfour el Reino Unido prometiera a la Organización Sionista británica un hogar nacional en Palestina, Occidente, de la mano de esa potencia colonial primero y de los Estados Unidos después, ha venido avanzando en la conquista del territorio de la Palestina histórica, la expulsión de la mayoría de sus habitantes no judíos y el asentamiento de población extranjera para sustituir a la comunidad local (...) Concluida la llamada Segunda Guerra Mundial, Occidente, cómplice en su mayoría del genocidio de los europeos judíos a manos de los nazis, apoyó la conquista militar del 78% de Palestina por parte del movimiento sionista y la legitimó mediante el reconocimiento al Estado de Israel constituido en franca violación al art. 2 de la Carta de las Naciones Unidas que prohíbe la conquista de un territorio de otro pueblo. Simultáneamente consintió la limpieza étnica del 80% de la población musulmana y cristiana de Palestina (los palestinos judíos no fueron expulsados) y la no aplicación por parte del Estado de Israel de la Res. 194/48 de las Naciones Unidas que reconocía el derecho de los refugiados palestinos a retornar a su hogar, derecho que también reconoce el art. 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 1967 el Estado fundado por el movimiento sionista conquistó militarmente el resto de Palestina (22%) sometiendo a la población local a un régimen de control militar y apartheid en violación a todos los tratados internacionales de derechos humanos. Inmediatamente dio inicio a un proceso de implantación de población propia en los territorios conquistados en abierta violación al art. 49 de la Convención de Ginebra, proceso promovido por todos los gobiernos israelíes, cualquiera que fuera su color político". De hecho, y como afirma Jonathan Cook: "Israel nunca se podría haber establecido sin la expulsión de 750.000 palestinos de su patria y la destrucción de cientos de sus pueblos para impedir que retornaran. Esta es la razón por la que cada vez más historiadores se han arriesgado a convertirse en el blanco de la ira de los grupos de presión de Israel al calificar estos acontecimientos históricos de limpieza étnica, en otras palabras, de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad". 

 

El resto ya lo conocemos, lo hemos ido exponiendo durante toda esta serie de artículos: bloqueos comerciales, levantamiento de muros, asentamientos ilegales, detenciones arbitrarias, torturas, encarcelamientos injustificados, demolición de viviendas, expropiación de cultivos, racionamiento del agua potable y de la electricidad, y bombardeos periódicos al conjunto de la población civil, incluidas las más sensibles infraestructuras, entre otras barbaridades. Todo ello con el fin de expulsar y exterminar al resto del pueblo palestino que aún queda en su tierra, que aún resiste, que aún se tiene en pie cada día. El Acuerdo del Siglo es la gota que colma el vaso, porque en definitiva se trata de una propuesta de legalización encubierta de un régimen de colonización mediante el uso de la fuerza, implantación de población extranjera, limpieza étnica y apartheid con la creación de mini-organizaciones paraestatales sin soberanía de ningún tipo, con plena dependencia de Israel, todo lo cual confirma que se trata de una propuesta de estatuto colonial en pleno siglo XXI, en clara violación de todos los tratados, convenios y estatutos internacionales. Ya lo sentenció magníficamente Fidel Castro: "El odio del Estado de Israel hacia los palestinos es tal que éste no dudaría en enviar a 1,5 millones de hombres, mujeres y niños a los mismos hornos crematorios en los que fueron asesinados millones de judíos de todas las edades". Hoy día, Palestina se nos presenta como una obligación política, ética y moral que nos atañe a todos los pueblos y personas de buena voluntad. La resistencia del pueblo palestino se nos convierte en símbolo de lo mejor de la Humanidad. Bien, finalizamos aquí ya esta serie de 33 artículos, donde hemos intentado exponer, como mejor y más justamente hemos podido, el llamado conflicto palestino-israelí. Espero, como siempre digo a mis lectores y lectoras, que mediante la lectura de la misma hayan aprendido y se hayan emocionado, al menos como yo lo he hecho. Quiero dar las inmensas gracias, también como siempre, a cuantos autores y autoras me han servido de inspiración, de opinión, de fuentes de datos, de reflexiones y de análisis, y cuyos criterios he recogido en multitud de artículos de la serie. Espero que haya sido un tema de agrado y aprendizaje para todos los amigos y amigas de este Blog, y que contribuya, al menos un poco, a difundir la tremenda injusticia y crueldad que se comete desde hace décadas contra el pueblo palestino. Hasta Lenin, el gran revolucionario ruso, conocía sin dudas la idiosincrasia del sionismo, cuando afirmó: "La idea de la nación judía es por esencia y forma una idea reaccionaria y mentirosa llamada a servir los intereses del colonialismo". Es lo que humildemente hemos intentado explicar aquí. Gracias a todos/as, y hasta siempre. 

Publicidad
Regresar al inicio
Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post