Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
12 mayo 2015 2 12 /05 /mayo /2015 23:00

Tenemos que aumentar significativamente el gasto en defensa si queremos llevar a cabo en nuestro mundo hoy en día las responsabilidades y modernizar nuestras fuerzas armadas para el futuro; Tenemos que fortalecer nuestros lazos con los aliados democráticos y desafiar a los regímenes hostiles a nuestros intereses y valores; Necesitamos promover la causa de la libertad política y económica en el extranjero; Tenemos que aceptar la responsabilidad por el papel único de América en preservar y extender un orden internacional favorable a nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestros principios

Declaración de Objetivos del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, PNAC, 1997

A la altura de la presente entrega, la número 25 de esta serie, pensamos que los lectores deben tener ya bastante claro, a tenor de todos los argumentos y datos que hemos proporcionado, que la guerra es consustancial al imperialismo estadounidense. Mediante la guerra se financia todo el complejo militar-industrial, se justifica el comercio de armas, y se recaudan fondos para que los partidos políticos puedan ir presentando sus diferentes proyectos para la nación. La guerra es el auténtico motor que alimenta sus negocios, ya que un mundo en paz sería un desastre para el "keynesianismo militar" norteamericano, en acertada expresión de Atilio Borón. En efecto, ellos necesitan de las guerras, de muchas guerras. Y si no las hay, las inventan, para lo cual disponen de numerosos recursos especializados en este tipo de operaciones. Para su oscuro entramado de intereses nada puede ser más dañino que la paz, ni más beneficioso que la guerra. La guerra provoca el caos constante de países y continentes, y justifica las inversiones masivas para su reconstrucción, los nuevos negocios. Cualquier pretexto, por tanto, es bueno para combatir la paz y desatar la guerra, bajo el prisma del imperialismo yanki. Por eso los Estados Unidos han venido librando guerras, que hemos contado en esta serie de artículos, desde prácticamente el fin de la Segunda Guerra Mundial. Guerras más locales o más globales, guerras sin solución de continuidad, guerras sin fin que justificarán y demostrarán al mundo la supremacía militar y tecnológica de USA.

USA: Estado de guerra permanente (XXV)

Y así, Corea, Vietnam, Laos, Camboya, Irak, Afganistán, y ahora, probablemente, Rusia, y mañana quizá China, son algunos de los hitos de esta interminable lista, que empuja cada vez más a la Humanidad hacia el abismo. Se presentan como los adalides de la democracia, como paladines de los derechos humanos, cuando su sistema dista mucho de ser realmente democrático. Los dos partidos estadounidenses, republicanos y demócratas, representan un mismo modelo de sociedad, donde priman los intereses creados, no el poder democrático del pueblo. Ese sueño americano del que tanto presumen, se disuelve como azucarillo en el agua, cuando contemplamos los entresijos y las cloacas de su sociedad. En palabras de Atilio Borón: "Las elecciones en los Estados Unidos se han pervertido al punto tal que son simples competencias para ver quién recauda más dinero de las grandes corporaciones, dinero necesario para que algunos políticos … ¿conquisten el poder? No, porque el poder como construcción de una correlación fáctica de fuerzas no está sometida a la voluntad popular y a la legislación electoral. El poder no está en cuestión. La competencia electoral es para ver quién se hará cargo de representar, como un astuto relacionador público, los intereses de los poderes fácticos realmente existentes presentando un rostro amable, que despierte simpatías y distraiga a la opinión pública, como es el caso del afrodescendiente Barack Obama, pero nada más. Las viejas democracias del capitalismo han degenerado en belicosas plutocracias, y estas no surgen ni necesitan de elecciones. Sólo precisa de políticos que sirvan como recargados mascarones de proa que oculten de la vista del público la inmoralidad de sus privilegios y prerrogativas y mantengan a los pueblos sumidos en el engaño y en la infantil creencia de que son ellos quienes gobiernan a través de sus representantes".

El último frente del que tenemos noticia, cronológicamente hablando, es el que representa el autodenominado Estado Islámico (EI, o ISIS, por sus siglas en inglés). Se trata de un grupo terrorista, extremista y radical, que incluso Al-Qaeda lo rechazó, tan brutal y despiadado que está recuperando las crucifixiones, la decapitación pública, el secuestro y la tortura, la destrucción completa de sitios y poblaciones, el exterminio sistemático de cualquier vestigio cultural que no represente sus intereses, tan fanáticos que están dispuestos a perseguir a cualquier grupo religioso que se ponga al alcance de sus armas, que ose desafiar su primacía, tan fuera de toda sensatez como para convertir la decapitación de cualquier inocente (activistas, periodistas, etc.) en un fenómeno de propaganda global. El maltrato, la invasión, el genocidio y la limpieza étnica son sus señas de identidad. El EI representa hoy día el mayor grupo terrorista del mundo, y el mejor financiado. Sus guerreros yihadistas han derrotado ya a los ejércitos sirio e iraquí, así como a la milicia de los permergas kurdos, haciéndose con el control de un territorio mayor que Gran Bretaña en el corazón de Oriente Medio. Y avanzan sin cesar, destruyendo todo lo que encuentran a su paso, y dejando en la más absoluta ruina y devastación a poblaciones enteras.

USA: Estado de guerra permanente (XXV)

En estos momentos gobiernan sobre amplias regiones que comprenden territorios de varios países, y su imparable extensión amenaza con la invasión de territorios adyacentes, y con continuar sembrando el caos, el terrorismo y la destrucción. Sus fuentes de financiación provienen de su control sobre el funcionamiento de los campos y refinerías de petróleo existentes en los territorios que controlan, así como de fondos procedentes de los bancos saqueados a su paso, del dinero del rescate de secuestros múltiples que practican, y del chantaje y la extorsión terrorista impuesto por su califato. Y nosotros nos preguntamos: ante tanta representación del mal, del odio y del terror, ¿no quedarían los Estados Unidos como un país realmente bueno? ¿No quedarían insulsas sus batallas al lado de tamaña representación diabólica? La conclusión está clara: lo que Washington necesita en estos tiempos tan difíciles de baja credibilidad y gran decadencia es un enemigo tan brutalmente malo, tan bárbaro y tan inhumano que, por constraste, nos induzca a pensar lo excepcionales y verdaderamente necesarios que son en realidad los Estados Unidos para este planeta.

En una palabra, a USA les viene como anillo al dedo tener que enfrentarse a este cruel enemigo, representante de la maldad en su estado puro, el enemigo más salvaje, inexplicable, nihilista y carente de valores, destructor de toda civilización, y al cual hay que enfrentarse decididamente y apostar por su derrota. Ante la inminente amenaza para todos los intereses occidentales, aliados de USA, Ante este panorama, ese mal amenazador está pidiendo a gritos una cosa: que los Estados Unidos intervengan. Recae sobre los hombros del imperio una nueva cruzada que organizar, una nueva coalición de los bien nacidos, de los partidarios del "orden, la justicia, la libertad y los derechos humanos"...¿no nos suena esta película? ¿No parece que la hayamos visto y oído con anterioridad en multitud de ocasiones? En efecto, los pasos que se están considerando o que ya se están dando con respecto a "la amenaza del EI" son un calco de lo que en otro tiempo reciente se denominó como la "Guerra Global contra el Terror" (después de los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001), porque, con todo lo nuevo que el EI pueda ser, sólo es posible concluir que constituye, al menos en parte, el legado de Estados Unidos en Oriente Medio. Continuaremos en siguientes entregas.

Compartir este post
Repost0

Comentarios