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1 mayo 2014 4 01 /05 /mayo /2014 23:00

"La evidencia de que la primera "Transición" nos trajo el actual caciquismo democrático que ha hundido al país, coronado por los escándalos, pide a gritos una nueva "Transición" hacia una democracia más participativa"

(José Manuel Naredo)

 

 

 

 

 

republica80.jpgEn el artículo anterior de esta serie, ya comenzamos a hablar sobre lo que se ha dado en llamar como "el cuarto poder", esto es, los medios de comunicación, y la libertad de prensa. Insistiremos más en el tema, pues nos parece de capital importancia, dentro de los pilares de cualquier República que se precie. Queremos darle a nuestra Tercera República, ya lo hemos dicho, las garantías y los contenidos civiles, políticos, sociales y laborales que la actual Constitución del 78 nunca consagró realmente, y lo relativo a la estricta separación de poderes es un asunto vital en todo ello. A este respecto, nos dice José López lo siguiente: "En una democracia verdadera, la censura no existe o es algo esporádico, excepcional. En una democracia no existen tabúes. La censura sistemática que ejercen la mayor parte de los medios oficiales de nuestro país delata la pésima calidad de nuestra "democracia" actual (...). Y la libertad de prensa es un pilar esencial de la democracia. Por consiguiente, si falla dicho pilar, entonces la democracia se resiente enormemente. Pero es que además, hay que recordar que no es posible una prensa libre si no es independiente. Y no es posible una prensa independiente que dependa del Gobierno (nacional o autonómico) de turno, o que dependa del poder económico. Y por supuesto, la pluralidad se resiente enormemente también cuando los grandes medios se fusionan. En una democracia, los oligopolios mediáticos deberían ser combatidos en vez de consentidos o incluso fomentados. La falta de libertad de prensa en nuestra presunta democracia es consecuencia de otro defecto de mayor calado: la falta de separación de poderes. Tener unos poderes independientes es algo esencial en una democracia".

 

republica81.jpgY posteriormente añade: "Por consiguiente, la lucha por unos medios de información verdaderamente libres es doble: por que haya una competencia entre los mismos donde la igualdad de oportunidades sea sagrada (para lo cual es primordial evitar los oligopolios, las excesivas concentraciones empresariales, así como dar la posibilidad de promocionarse a los pequeños medios), pero también por que todos los medios (grandes o pequeños) cumplan con su gran responsabilidad de difundir todo tipo de ideas o acontecimientos por la sociedad, es decir, por que todos los medios tengan un mínimo de objetividad y fiabilidad, por que diferencien claramente la opinión de la información, por que permitan la libre expresión de los ciudadanos (tengan ideas coincidentes con la línea editorial del medio o no), por que informen verazmente de lo que acontece, por que no censuren. No es incompatible el hecho de que cierto grupo de ciudadanos pueda libremente fundar un diario con cierta ideología (que siempre podrá promocionar en su línea editorial dándole cierta preeminencia) con el hecho de que cualquier ciudadano pueda expresar sus ideas en cualquier medio. Lo primero no debe limitar lo segundo. La libertad de expresión (como cualquier otra libertad) debe distribuirse lo más equitativamente posible entre todos los ciudadanos".

 

republica82.jpgY el medio que el lector está leyendo en este momento (el presente Blog) es una prueba fehaciente de ello, así como otros miles de bitácoras y medios alternativos, que difunden otras ideas distintas a las del régimen dominante, y que nos vemos obligados a disponer de nuestros propios altavoces, o bien a difundir nuestros mensajes en la prensa alternativa, normalmente en Internet (Rebelion, Mundo Obrero, Tercera Información, Toma la Prensa, Diagonal, La Marea, etc.). Esto no debe pasar en la Tercera República. Debemos construir un entorno para el desarrollo y expansión de una libertad de prensa absoluta y universal, que no fomente los oligopolios, y que asegure que todas las ideas puedan ser expresadas. Sin ir más lejos, los artículos que el autor publica en este Blog no serían nunca publicados en la prensa que representa a la ideología dominante (El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia, La Razón, etc.). Por tanto, la República ha de ser una expresión democrática de la plena coexistencia de unos poderes independientes, donde la libertad de expresión y la separación de los mismos sean ejes rectores de su manifestación.

 

republica83.jpgLa Tercera República, la República que viene, y que hemos de construir entre todos, debe ser una extensión, una forma democrática en sí misma, y los pilares de las democracias son: la independencia de poderes (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, medios de comunicación, poder económico), las libertades civiles (entre las cuales tienen una especial importancia la libertad de expresión, de pensamiento, de reunión y de asociación, justamente las que van a ser recortadas en la próxima Ley de Seguridad Ciudadana del Gobierno del PP), la elección de todos los cargos públicos (incluido el Jefe del Estado) por sufragio universal, la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos (en una democracia verdadera nadie debe estar por encima de la ley, ni poseer privilegios ni exenciones legales, como se ve en nuestro actual régimen, por ejemplo mediante los indultos o los aforamientos), el control y la transparencia de la gestión pública (desde el último Concejal de un Ayuntamiento hasta el Jefe del Estado), una Ley Electoral justa donde se cumpla el principio "una persona, un voto", donde todos los votos valgan igual, tengan igual peso, y contribuyan a un escaño independientemente del partido votado, o sin importar la zona geográfica desde la que se vote, y la libertad de prensa (los temas tabúes son incompatibles con la auténtica democracia, en una democracia se debe poder hablar de todo con respeto y libertad).

 

republica84.jpgDe esta forma, la Tercera República, como marco democrático pleno y renovado, ha de garantizarnos mucho más que la posibilidad de depositar una papeleta en una urna cada X años. Porque es mucho más que eso. El estandarte que ha de presidirla debe ser el que representa a la igualdad de oportunidades, en el sentido más amplio del término, pues es quizá la máxima de un sistema democrático. La República debe ser la consecución de todos estos derechos, de todos estos fines, de todas estas garantías. En caso contrario, no merecerá la pena. No tendrá ningún sentido. Si luchamos para alcanzar la República, pero no somos capaces de estructurar un sistema de auténticos derechos y garantías para las personas, para la cosa pública, nuestra lucha no habrá tenido ningún sentido. La lucha republicana ha de conseguir sentar las bases de un nuevo sistema político, social y económico que actúe bajo un marco efectivo de consecución de todos estos derechos y garantías. Y que lo garantice plenamente, mediante un desarrollo normativo expreso que proporcione el marco legal adecuado para conseguirlo. Continuaremos en siguientes entregas.

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