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6 julio 2016 3 06 /07 /julio /2016 23:00
Autor: Malagón, publicado para el medio digital Yahoo!

Autor: Malagón, publicado para el medio digital Yahoo!

¿Cómo cada individuo puede combatir por su cuenta al capitalismo, a cualquier sistema alienante en general? Con su fuerza de voluntad. Aprendiendo a pensar de forma más libre y como consecuencia de esto a actuar de forma más libre

José López

En el último artículo de la serie comenzamos ya a exponer el verdadero concepto de austeridad al que deberíamos tender. Austeridad, en definitiva, se opone a capitalismo. Y se opone también a despilfarro, a lujo, a derroche. Pero observemos cómo un concepto tan noble y solemne, es utilizado por la clase dominante, es pervertido y desvirtuado para, de nuevo, alienar a la población y conseguir satisfacer sus oscuros intereses. Se trata, en suma, de volver a poner todo en su sitio lógico. Se trata de combatir el mundo al revés que representa el estado actual del sistema capitalista mundial. Se trata de abolir el propio capitalismo que, por su inherente lógica de funcionamiento, nos ha llevado al estado actual de cosas. Más que de abolirlo (como si pudiera hacerse por Real-Decreto-Ley), se trata de ir sustituyéndolo progresivamente por otro sistema. Para lo cual, lo primero de todo, es concierciarnos de que puede y debe ser superado y contribuir a ello personalmente. Porque como ya hemos dicho, toda revolución social y cultural debe comenzar por una revolución interior, por una revolución personal. La suma de las rebeliones individuales, de las conciencias rebeladas de cada persona, de todas las personas, serán las únicas capaces de proyectarse a nivel general para cambiar un sistema que es el causante de tanta obscenidad, de tanta desigualdad y de tanta injusticia. 

 

Con la redistribución de la riqueza, de la política fiscal e impositiva, y de las cargas que deben soportar los diferentes agentes sociales, pasa lo mismo. El Estado neoliberal también redistribuye la riqueza y la renta mediante reformas del código tributario que conceden un trato de favor a los beneficios generados por las inversiones frente a los que proceden de los salarios y de otro tipo de ingresos, la promoción de elementos regresivos en la legislación fiscal (como los impuestos sobre los beneficios), la imposición de tasas a los usuarios de los servicios, y la introducción de un amplio elenco de subvenciones y de exenciones fiscales destinadas a las corporaciones. Todo ello legitima socialmente y encumbra la figura de los empresarios frente a los trabajadores. Más adelante en esta misma serie de artículos hablaremos a fondo sobre la mentalidad asociada al emprendedurismo, pero ahora lo hemos mencionado en relación al trato de favor fiscal que el Estado le concede. Frente a ello, una auténtica y justa política de redistribución de la riqueza debería apostar por renivelar las cargas impositivas que provienen de las rentas y las que provienen de los salarios, implantar una fiscalidad progresiva para que contribuyan más los que más tienen (patrimonio) y los que más ganan (rentas y salarios), hacer contribuir más a las empresas, mediante los Impuestos de Sociedades, eliminar las tasas y precios públicos, y destinar recursos suficientes para la lucha contra el fraude y la evasión fiscal. 

 

De esta forma, se obtendrían los recursos suficientes como para poder financiar y recuperar todos los servicios públicos que se están privatizando, para, con la excusa de la crisis (algo que ya hemos explicado en anteriores entregas), proceder a su desmantelamiento. Junto a dichos recursos, junto a los recursos destinados al rescate de la banca privada (en vez de nacionalizar definitivamente las entidades, para crear un sistema de banca pública), y junto a los recursos destinados a pagar los intereses de nuestra gigantesca deuda pública, en su mayoría ilegítima (por proceder de prácticas financieras especulativas), podríamos financiar planes y programas de empleo público de las diferentes Administraciones, engordando nuestro raquítico Estado del Bienestar, y casi erradicando el paro galopante, insoportable y demencial que sufrimos. Y entonces es cuando la riqueza del país crecería, no sólo desde el punto de vista macroeconómico, sino también desde el punto de vista de la integración de las personas, de su garantía de cumplimiento de sus derechos básicos y fundamentales, contribuyendo a la cohesión y a la justicia social. Pero claro, el pensamiento dominante cree aberrantes estos planteamientos, porque contribuirían a eliminar las desigualdades (desde un punto de vista intervencionista, sostienen ellos), y a restar poder a las élites económicas. 

 

Bien, otro elemento fundamental que hoy día dirige el pensamiento dominante, y que proyecta toda su fuerza sobre los partidos políticos, organismos y asociaciones, son lo que los norteamericanos llaman los "think tanks", y que traducido podríamos denominar como los "tanques pensantes", pero que preferimos llamar, simplemente, centros de pensamiento, o laboratorios de ideas, que a su vez se concretan, sobre todo, en determinadas Fundaciones, porque la figura legal de la Fundación la liga al típico "sin ánimo de lucro", lo cual queda muy neutro y bien visto socialmente, pero que esconde, como vamos a comentar, un tremendo grado de influencia. Y así, en esta disputa por el dominio global de las ideas, del pensamiento y de las proyecciones a medidas concretas en las diferentes formaciones políticas y discursos asociados, los centros de pensamiento desempeñan un papel fundamental. Suelen ser instituciones públicas, académicas o de estudios, integradas por personalidades plenamente identificadas con el sistema dominante, que elaboran jornadas, congresos y estudios de carácter polìtico e ideológico destinados a suministrar a los Gobiernos interesados y a los partidos políticos afines las armas para su enfrentamiento con el mundo que pretenden seguir dominando. Los centros de pensamiento suponen esa correa de transmisión entre las tesis teóricas que justifican lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo, y las tesis prácticas que los partidos y Gobiernos concretos implementan. 

 

Los centros de pensamiento son las partes del sistema encargadas de elaborar los contenidos ideológicos destinados a la defensa de los intereses que subyacen a la difusión del pensamiento dominante. Su misión y valores consisten en la propagación de ideas concernientes a los principios del sistema capitalista globalizado, y su difusión generalizada por todos los medios posibles. El trasiego entre personas destacadas de los centros de pensamiento y los gobernantes de turno se produce con toda normalidad, al igual que esas "puertas giratorias" a las que hemos hecho referencia en otros muchos artículos. Para la difusión de sus dogmas y doctrinas, tanto económicas como políticas y sociales, utilizan determinados medios masivos, como la publicación de artículos, informes, revistas y libros, y para todo ello cuentan con presupuestos millonarios. Los tanques de pensamiento son la vanguardia del sistema capitalista, representan la avanzadilla del pensamiento dominante. Economistas, ex políticos, empresarios, sociólogos, educadores, y un montón de profesionales de todo ámbito forman la nómina de estos tanques de pensamiento, que están avalados por los grandes centros económicos y de poder, por otras grandes fundaciones, y por algunas grandes fortunas. Algunos ejemplos en España son el Real Instituto Elcano, la Fundación FAES, la Fundación IDEAS, incluso otras de carácter progresista, como la Fundación Alternativas o la Fundación CEPS (ligada a PODEMOS). En Estados Unidos, tenemos los ejemplos más agresivos, tales como las Agencias USAID, NED o IRI. Continuaremos en siguientes entregas. 

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