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25 septiembre 2013 3 25 /09 /septiembre /2013 23:00

Comenzamos aquí una breve serie de artículos, donde como indica su nombre, vamos a ocuparnos del tema de las pensiones, sobre todo, intentando desmontar las medias verdades, mentiras completas y absurdas falacias que se han vertido sobre este tema por parte de la derecha política y mediática de este país. Además de nuestras propias impresiones, y de variada documentación publicada en diferentes medios, nos vamos a basar en un reciente informe publicado por 25 de nuestros mejores economistas críticos, que se puede consultar en este enlace, y donde participa gente tan valiosa como Juan Francisco Martín Seco, Jose Luis Monereo, Vicenç Navarro, Adoración Guamán, Juan Torres López, Héctor Illueca, o Alberto Garzón, entre otros muchos.

 

pensiones11.jpgY como decimos, vamos a desmontar todo el argumentario propuesto por el informe de expertos delegados por el Gobierno del PP para estudiar y realizar propuestas sobre este tema, y donde el Ministerio de Empleo está basándose para implantar su reforma de las pensiones. Pues bien, lo primero que se viene argumentando desde hace mucho tiempo, al igual que para otras muchas materias que quieren abolir, es que el Sistema Público de Pensiones (en adelante, SPP), tal como está enfocado actualmente, es insostenible. Y desde ese punto de vista, utilizan términos como "ahorro", y otros que pretenden inculcar en la ciudadanía que el SPP es una carga para la sociedad, y que no podemos mantenerlo. Y lo primero que tiene que tener claro la ciudadanía es que reducir las pensiones no es una medida que sirva para combatir la crisis económica (al igual que reducir los salarios, por ejemplo), sino que implica un paso más en el progresivo desmantelamiento que se está realizando al ya maltrecho y nunca bien ponderado Estado del Bienestar.

 

pensiones12.jpgDesde este punto de vista, afirmamos que la sostenibilidad del SPP es un problema de voluntad política, no es un problema económico. Y esto es importante, no sólo porque ya intencionadamente se vierte sobre la ciudadanía un prejuicio sobre el tema, sino porque además, el enfoque para la solución del mismo depende de cómo realicemos el planteamiento. Se nos intenta proyectar e infundir la idea de que detrás de la supuesta insostenibilidad de las pensiones sólo hay un problema técnico, cuando el verdadero problema es político, concretamente, de falta de voluntad política para encararlo y darle una solución. Detrás por tanto de los planteamientos demográficos,  de la necesidad de ahorro, y de los indicadores poblacionales, sólo hay mentiras y falacias para justificar la necesidad de actuar como pretenden. Con esto no queremos decir que el SPP haya de ser intocable, pues todo es mejorable y reformable con el tiempo, nuestras sociedades son dinámicas y deben adaptarse a los tiempos, pero sin perder de vista el necesario componente de justicia social y de redistribución de la riqueza, que es lo que ellos quieren anular.

 

pensiones13.jpgSe pretende enfocar el tema como una insuficiencia de medios y recursos para poder sostenerlo en el tiempo, enfocando el problema sólo en los productores y en los beneficiarios, sin tener en cuenta otros factores. A ellos les aplican curiosas leyes demográficas, que por supuesto no están demostradas, para obtener la conclusión de que el SPP es insostenible en el tiempo tal y como lo disfrutamos ahora, por lo cual y bajo la bandera de su no congelación (esto lo promete un gobierno que tiene la credibilidad por los suelos), proponen una ínfima subida del 0,25% constante, desligándola de las posibles subidas del IPC (Indice de Precios al Consumo), y creando una serie de indicadores nuevos, que iremos comentando, para tener en cuenta también y proyectar la esperanza de vida de los ciudadanos y su relación con el SPP. Ya no les valen las medidas que se han tomado para retrasar la edad de jubilación, y aumentar los tiempos de cotización, que son injustas por sí mismas, pues en muchos casos convierten en imposibles el disfrute de la pensión completa a una buena parte de la ciudadanía. También nos cuentan la milonga de que no es posible que con esperanzas de vida crecientes en todos los países occidentales, incluído el nuestro, la proyección del SPP se mantenga constante, con niveles y tasas de población activa que no se proyectan en el tiempo de igual forma, y que por todo ello, no hay recursos para mantenerlo en el tiempo.

 

pensiones14.jpgBajo planteamientos aparentemente técnicos, intentan disfrazar las auténticas motivaciones ideológicas que justifican sus propuestas. No hay ni una sola verdad en lo que nos cuentan, salvo que la esperanza de vida aumenta con el tiempo, afortunadamente, lo cual es señal de que conseguimos vivir más tiempo por los avances de la medicina, y el cultivo de la civilización del ocio en nuestros mayores. Todo lo demás son patrañas que nos cuentan para hacernos desviar la mirada a factores engañosos. El auténtico problema está en la distribución de la renta (factor de reparto social) y en cuánto se produce (factor de reparto generacional). Pero los intentos de destruir el SPP vienen de muy lejos, pues las entidades financieras y similares intentan sacar provecho del suculento pastel que les ofrecen los Sistemas Privados de Pensiones. De hecho, hace ya muchos años que se vierten numerosos informes, patrocinados por las Fundaciones de Estudios de la gran banca privada (Santander, BBVA, etc.) para intentar demostrar sus argumentos, y meter el miedo a la sociedad, sobre todo a las personas de edad madura,  para que vayan corriendo a firmar planes de jubilación privados.

 

pensiones15.jpgEl caso más paradigmático de dichos informes lo tenemos en uno que se publicó a mediados de la década de los años 90 del siglo pasado, cuando la Fundación BBVA contrató a 34 sabios, expertos economistas, y técnicos en diferentes materias (siempre a su servicio, claro está, es decir, en la defensa de los intereses de la gran banca), para que elaboraran un informe lo más convincente posible sobre el supuesto problema, y sus posibles soluciones. Querían que quedara muy clara la inviabilidad del SPP. Trabajaron durante 20 meses para llegar a la conclusión de la imposibilidad de sostener el SPP si no se reformaba. El resultado de sus cálculos consistía en el pronóstico de que para el año 2000 el desajuste entre ingresos y gastos de la Seguridad Social habría aumentado en una cantidad equivalente al 2% del PIB. ¿Cataclismo?, ¿Quiebra de la Seguridad Social? Lo cierto es que el año 2000 llegó y no se produjo prácticamente nada de lo que pronosticaron. De hecho, se registró un superávit del 0,4%. Al igual que el FMI, la OCDE y el resto de Organismos Internacionales que lo jalearon, quedaron en el más absoluto ridículo.

 

Se pueden citar muchos más ejemplos, prácticamente cada pocos meses encargan uno nuevo, que demuestan las falacias de sus premisas, y de sus conclusiones. La argumentación de todos estos informes era similar: el incremento de la esperanza de vida y la baja tasa de natalidad dibujaban una pirámide de población que haría inviable en el futuro el sistema público de pensiones. Vaticinaban que en un determinado número de años se produciría la quiebra de la Seguridad Social. El tiempo ha ido transcurriendo y hemos llegado a las fechas fijadas sin que se cumpliese ninguno de sus pronósticos, lo que parece natural ya que no tuvieron en cuenta determinados factores tales como la incorporación de más mujeres al mercado laboral, o el incremento en el número de inmigrantes. El estrecho encuadre de las proyecciones demográficas y el hecho de considerar solo la población total no pueden constreñir el complejo problema de la viabilidad de las pensiones. Hay que tener en cuenta otros muchos factores, que iremos desgranando en siguientes entregas.

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