Continuando con las propuestas relativas a la Revolución por la Cultura, vamos a comentar aquí nuestra visión de un nuevo Modelo de Propiedad Intelectual, así como nuestras propuestas relativas a la libre distribución de la cultura. Vivimos en una época en la que los avances en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) han democratizado y amplificado el acceso a la información y a la cultura. En algunos aspectos, también han democratizado el acceso a los medios de producción, provocando que en muchas profesiones (especialmente en los mundos editorial, audiovisual y musical) el trabajador, creador o artista tenga a su disposición medios a los que antes sólo tenían acceso grandes empresarios.
Por otra parte, este avance ha hecho que entre en crisis irreversible el modelo de industria clásico en muchos campos. Éstos se basaban en la necesidad de un soporte físico para transmitir obras e ideas, así como en la necesidad de crear una red de distribución para que pudieran llegar al consumidor/ciudadano. Pero hoy en día, Internet ha convertido este modelo en obsoleto, eliminando básicamente a los intermediarios (editores y distribuidores) y facilitando el contacto directo entre el creador y el consumidor de su obra. De entrada, nos felicitamos de que la famosa Ley Sinde haya quedado en suspenso, hasta su posterior revisión por el nuevo Gobierno, y por los agentes sociales implicados.
A los lectores interesados en formarse en un más completo conocimiento sobre estos temas, les recomiendo este sitio web, donde está publicada la Tesis Doctoral de María Jesús Lamarca, que aborda "El nuevo concepto de documento en la cultura de la imagen", tratando temas como Fundamentos, Metodologías y Aplicaciones de las Tecnologías Documentales al Procesamiento de la Información, así como un detallado estudio sobre la Web, su arquitectura y funcionamiento. Creo que sólo después de un profundo acercamiento a estas tecnologías se comprenderá mejor la gran revolución que aportan los actuales medios tecnológicos en estos campos. Pues bien, nuestras primeras propuestas en este sentido son las siguientes:
1.- Apostamos por la democratización de la comunicación y de la cultura, por gestionar de forma pública los derechos de autor, por el software libre y por una política cultural que apoye a los creadores desde la base y difunda las artes entre todos los niveles de la población, pero muy especialmente entre los colectivos y territorios menos favorecidos económica y socialmente.
2.- Proponemos cambiar profundamente el modelo vigente de Propiedad Intelectual, puesto que el vigente, concebido en un principio para proteger el trabajo del creador individual, se ha convertido principalmente en un instrumento de maximalización del beneficio de grandes empresas de carácter multinacional, y dificulta el acceso al conocimiento.
3.- En este sentido, pensamos que la vigente Ley de Propiedad Intelectual queda desubicada y obsoleta por tres razones fundamentales:
3.1.- La ley actual reconoce cuáles son los derechos de los autores y deja en manos de entidades privadas la recaudación de los mismos. En la práctica se da un oligopolio de facto en el que sólo unas pocas empresas tienen capacidad para recaudar eficientemente estos derechos (SGAE y CEDRO). Esta situación privilegiada hace que sean ellas las que deciden las reglas de juego. No hay funcionamiento democrático ni transparente en estas empresas, y su naturaleza privada les obliga a tener como objetivo principal el buscar el máximo beneficio económico, por encima del interés y la voluntad de unos autores, la mayoría de los cuales ni siquiera llega a ver el dinero de los derechos que se han recaudado en su nombre.
3.2.- Los derechos de autor que marca la ley tienen la naturaleza y el carácter de irrenunciables. Pero hoy en día muchos autores abogan por la libre distribución de sus obras gracias a Internet y a las TIC, puesto que consideran que es la mejor forma de que su obra y sus ideas lleguen a su público. Se han construido movimientos sociales (como el del Software Libre) y alternativas legales (como las licencias Creative Commons) que buscan la colaboración comunitaria y la libre circulación de obras e ideas como forma de que puedan ganar tanto los autores como los consumidores. Los únicos que no ganan en esta situación son los obsoletos intermediarios. Pero la irrenunciabilidad de los derechos provoca que sean las entidades de gestión de los mismos las que tomen realmente las decisiones sobre las obras de un autor. De tal manera que en la práctica, se dan situaciones como que, por ejemplo, los organizadores de conciertos benéficos ven cómo la SGAE les exige el pago de los derechos de autor del músico que vaya a actuar, sea cual sea la forma de dicha actuación. O bien que los gestores de centros culturales ven cómo se les pretende cobrar por artistas que son activistas de Creative Commons y otras licencias de distribución libres, etc.
3.3.- Se utiliza al creador como escudo humano de los intereses de estas empresas que han quedado obsoletas. El interés del autor siempre fue y siempre es el de llegar a su público, no el de ser parte de una industria y una red de distribución. Máxime cuando esta red de distribución y gestión de sus derechos resulta ser una red mafiosa y corrupta, como se ha destapado la actual SGAE, con un poder absoluto de su presidente y una red de empresas subsidiarias dedicadas a desviar los fondos a otros proyectos.
Por todo ello, partiendo de que queremos un sistema que proteja los derechos de los autores/as, que son quienes crean las obras de música, literatura, cine, teatro, artes plásticas, etc., pero que al mismo tiempo, incorpore las mayores facilidades posibles para que esas obras puedan llegar a la ciudadanía, desde la izquierda realizamos las siguientes propuestas en torno a estos temas:
1.- Impulsar la derogación de la actual Ley de Propiedad Intelectual y la elaboración, de manera participativa con todos los agentes implicados, de una nueva Ley que:
1.1.- Derogue el actual modelo de recaudación de derechos mediante entidades de gestión privadas. Creación de una Entidad Pública de Gestión, con presencia en todo el Estado, cuyo objetivo sea el de dar el servicio adecuado, y no el lucro.
1.2.- Asegure la adecuada contribución de los operadores de telecomunicaciones y de las industrias de las TIC a la justa remuneración de los creadores, para que ésta no se base en un sistema como el actual canon digital, que penaliza indiscriminadamente a los ciudadanos, independientemente del uso que éstos den a los soportes y dispositivos digitales y electrónicos.
1.3.- Reconozca las alternativas al "copyright" tradicional, como las licencias Creative Commons, y deje en manos del autor la cantidad de derechos sobre los que quiere licenciar su obra, así como la capacidad del autor de renunciar a estos derechos.
2.- Garantizar la libertad y la neutralidad de la red frente a los intentos del lobby de la SGAE y de sus aliados políticos por coartarlas. En este sentido, exigimos la derogación de la llamada "Ley Sinde", anteriormente referida.
3.- Favorecer la difusión del libro electrónico, reduciendo su precio y fomentando que se digitalicen las obras literarias y científicas que sean de dominio público. En ese sentido, pensamos que las Administraciones Públicas deben apoyar iniciativas similares al Proyecto Gutenberg, con obras escritas en todas las lenguas oficiales del Estado, y las empresas editoriales hacer lo propio con obras descatalogadas.
4.- Apoyo total al movimiento del Software Libre (open source software). Establecer como obligatorio el uso del software libre (en su mayoría gratuito) en todos los ordenadores y medios informáticos oficiales de todas las Administraciones Públicas. Creemos que urge la presencia obligada de software libre en todos los ordenadores y medios de uso escolar: no queremos que se eduque a nuestros escolares para ser clientes de Microsoft o Apple, ni nos parece de recibo que se sigan pagando costosas licencias con dinero público cuando tenemos mejores alternativas gratuitas al alcance. Fomentar también una oposición total del Estado Español, en la Unión Europea, a los intentos por impulsar patentes de software cerradas, que favorecen el mantenimiento de los monopolios e impiden compartir los beneficios de la investigación.
5.- Proponemos la reforma de la Ley General de Telecomunicaciones de 2003 para garantizar el acceso a Internet de forma libre, universal y gratuita como un derecho de toda la ciudadanía, derogando asímismo la exclusividad de las empresas privadas de telecomunicaciones para proporcionar acceso a Internet, y facilitando la creación de empresas públicas (por ejemplo de carácter municipal que permitan el acceso inalámbrico a la red a todos sus vecinos/as).
6.- Por último, proponemos una Ley General de la Comunicación Audiovisual que garantice el reparto de las licencias entre el servicio público, las iniciativas sociales y los negocios audiovisuales, de manera que los tres sectores puedan disponer de radios y televisiones de cobertura municipal, autonómica y estatal.