La mejor manera de alcanzar el paraíso es conocer los caminos que conducen al infierno para evitarlos
Iniciamos aquí una nueva serie de artículos, cuyo título es harto clarificador por sí mismo: la isla caribeña de Cuba es, sin lugar a dudas, lo más cercano al Paraíso que tenemos en nuestro planeta. Y vamos a demostrarlo a través de las entregas siguientes. Pero ha de entenderse bien dicha afirmación, pues con ella no pretendemos afirmar categóricamente que en Cuba se viva como en un paraíso, ni que su sociedad sea perfecta, ni que sus sistemas político, social y económico no adolezcan de defectos, y puedan ser mejorables. Todas las cosas son relativas, y desde ese punto de vista, lo que sí afirmamos categóricamente es que, EN COMPARACIÓN CON EL RESTO DE SOCIEDADES DEL RESTO DE PAÍSES DEL MUNDO, la sociedad cubana, aún dentro de su pobreza y de sus limitaciones (unas endémicas y otras provocadas e inducidas desde el exterior, como iremos viendo), constituye el mejor referente político, social, económico, y sobre todo moral, que tenemos actualmente en el planeta. En efecto, somos de la opinión de que Cuba representa hoy día lo más cercano al paraíso para aquéllos que anhelamos el ideal socialista, así como los ideales de justicia social, económica y medioambiental, pero evidentemente, para aquellos que sean partidarios de la brutal sociedad capitalista, y para los cuales la justicia social no represente absolutamente nada, está claro que Cuba no será en absoluto un ideal de sociedad, ni un referente o espejo donde mirarse. En un reciente artículo titulado "La grandeza de una isla pequeña", de Fernando Buen Abad Domínguez, uno de los mexicanos más sabios que conozco, dice textualmente: "He oído historias muy similares a lo largo de los años, historias de amor y compromiso engendrados por una isla pequeña del Caribe, que supo hacerse gigante en los corazones de los pueblos. No es solo una metáfora para un ejercicio de retórica. Es una confesión de parte. Mujeres y hombres de la intelectualidad, de la academia, de las artes y de las luchas populares crecimos impregnados de Cuba. De sus luchas y de sus ejemplos. Se nos estanció en la cabeza y en el corazón para florecernos en ideas y debates sobre la Revolución y sus motores de clase; sobre el método cubano para transformar el mundo; sobre el socialismo argumentado con acento de Caribe, con la proximidad rebelde y geográfica enmarcada por el Golfo de México. Todavía se ve la estela del Granma partir las aguas hacia una historia, que se nos hizo maestra de la vida desde la Sierra".
Pensamos que ni siquiera los cubanos son completamente conscientes de la grandeza del proyecto humano y político que comienza con su Revolución. Pero además, contemplada internacionalmente, Cuba también ha supuesto un ejemplo de solidaridad e internacionalismo veraz y valiente. Internamente, el ejemplo titánico de resistencia y entereza de sus gentes, capitaneadas primero por el Comandante Fidel Castro, después por su hermano Raúl y ahora por Miguel Díaz-Canel, ha supuesto un faro que ilumina el camino de la esperanza para la emancipación de todos los pueblos del mundo. De hecho, el resto del mundo posee con Cuba una deuda inmensa, debido a su ejemplo de lucha y dignidad. Pero vayamos por partes: a través de los siguientes artículos vamos a ir desglosando los principales aspectos por lo que afirmamos la frase del título. Y comenzaremos por desmentir una de las acusaciones principales que a la pequeña isla se le atribuyen, esto es, que Cuba no es un país democrático. En efecto, para gran parte del mundo se tiene a Cuba como una dictadura, y a sus líderes políticos, como dictadores. Ríos de tinta se escribieron, a la muerte de Fidel, diciendo burda y falsamente que había muerto "el dictador cubano". Por tanto, la pregunta es: ¿es Cuba verdaderamente una dictadura, o por el contrario, es un país democrático? Tomemos como referencia este artículo de Tony López R., para el medio digital Rebelion, para poder explicarlo. Pues digamos, de entrada, que la campaña de que Cuba es una dictadura es una de las mayores matrices de opinión que utilizan los medios masivos de información en Estados Unidos, Europa y América Latina desde hace muchos años, para señalar que en Cuba no existe democracia, se violan los derechos humanos, no hay elecciones o son manipuladas, que hay un solo partido político y no otros, etc. Es decir, hemos de partir de la base de que la opinión general sobre Cuba (al igual que sobre otros muchos asuntos) viene modelada por la desinformación tóxica que nos vierten desde hace años los grandes medios, radio, prensa, TV e Internet. Y como explica Tony López: "Ese mensaje desinformativo es el argumento que ha utilizado Estados Unidos todos estos años para mantener el bloqueo económico contra la irredenta isla y el que utilizó el ultraderechista español José María Aznar para imponer durante algunos años una política discriminatoria de la Unión Europea contra Cuba, política que afortundamente ya ha sido eliminada".
Bien, lo primero que debiéramos establecer para poder aspirar a alguna conclusión válida es qué entendemos por una país democrático, porque precisamente, lo que se entiende por "democracia" en una y otra orilla no son idénticos conceptos. En los países de América, incluyendo al gigante de Estados Unidos, se consideran democráticos porque el electorado, que milita en uno u otro Partido ya de derecha, centro o izquierda, vota por un candidato/a que ellos/as no escogen, la gran mayoría del padrón electoral no tiene candidato ni milita en Partido alguno, los candidatos/as son obligatoriamente los escogidos por las directivas de sus Partidos, generalmente los que mayor nivel económico poseen. Los recursos financieros que emplean en sus campañas electorales son descomunales, imposibilitando a los sectores mayoritarios y desposeídos aspirar. Las últimas elecciones en Estados Unidos para Presidente superaron los 3.000 millones de dólares. El caso estadounidense es realmente paradigmático, pues justamente aquél que presume de ser la democracia más avanzada del mundo, en realidad funciona como una lucha del poder económico, al que el poder político está estrechamente unido, e incluso los aparatos de los Partidos, en sus "Elecciones Primarias", dirigen, mediante suculentos apoyos y campañas económicas, al candidato que ellos eligen, en vez de al más votado por la gente. Como argumenta Noam Chomsky, Estados Unidos sí que es en realidad un país de partido único: el partido empresarial. Otro hecho característico es que los partidos hegemónicos en cada uno de estos países (sobre todo en Estados Unidos) no tienen mayores diferencias en sus programas de Gobierno, ya que todos ellos apuestan sin fisuras por el modelo neoliberal imperante, modelo que ha provocado el empobrecimiento de sus pueblos y la elevación ad infinitum de los niveles de desigualdad social. Tony López explica: "La realidad es que legislan y gobiernan para favorecer a las grandes empresas nacionales y transnacionales, y (...) son ejemplos vivos de esa política "democrática". Como ejemplo, el senador estadounidense por Florida, Marco Rubio (precisamente uno de los más agresivos contra la política cubana), recibió de la Asociación Nacional del Rifle cerca de 6 millones de dólares, para que en el Senado estadounidense defienda la política de venta de armas (política que, dicho sea de paso, tantas matanzas provoca en su país).
En resumidas cuentas, tenemos esa cultura "americana" (salvo los países que han osado cuestionarla, como Cuba, y mucho más recientemente Venezuela, Ecuador o Bolivia) de la democracia que depende del márketing, del dinero que reciba cada candidato/a y de los aportes de las grandes empresas transnacionales y locales, las que a cambio reciben los beneficios de las licitaciones multimillonarias que debe hacer el Estado mediante formas diversas de corrupción. En Europa, aunque los procedimientos no son tan salvajes como los americanos, la esencia sigue siendo la misma. Véase el caso español, sin ir más lejos: la democracia en España se limita (salvo a algún partido o coalición nueva que se presente en un determinado momento) al bipartidismo de PP y PSOE, los dos partidos que apuntalan el Régimen del 78, desde el período de Transición después de la muerte del dictador hasta nuestros días, que cultivan igualmente el modelo neoliberal, y que apuntalan una Monarquía corrupta e indecente, además de anacrónica y antidemocrática. Pues bien, al contrario de todo lo que hemos relatado, la democracia en Cuba no es "representativa" (como el modelo descrito), sino participativa. Antes del triunfo de la Revolución Cubana (1959) el panorama político también era muy similar al descrito. El Partido Socialista Popular finalizó su recorrido como organización después de celebrada su 8ª Conferencia Nacional en el año 1960 cuando se integró a la propuesta de Fidel Castro, de fusionarse en una organización política unitaria que dio paso a la conformación de la Organización Revolucionaria Integrada (ORI), donde convergieron el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular (PSP). Recojo de nuevo las explicaciones de Tony López: "Dos años más tarde y a propuesta del Comandante Fidel Castro, luego de su discurso del 26 de marzo de 1962 donde denunció la existencia de una política sectaria de un sector del PSP en la ORI, se inicia un proceso de selección de ejemplaridad y voluntariedad cuyos candidatos son propuestos desde la base en centros de trabajo, estudiantiles y campesinos, para integrarse al nuevo Partido que tomó el nombre de Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) y que durante la celebración de su Primer Congreso, queda constituido el 3 de octubre de 1965 el nuevo y actual Partido Comunista de Cuba, cuyo programa, fundamentos ideológicos y objetivos, están basados en el pensamiento político antiimperialista de José Martí, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, Fidel Castro Ruz y el marxismo-leninismo. Este Partido no tiene carácter electoral".
Antes de la Revolución Cubana, la isla caribeña era prácticamente un protectorado estadounidense, pues a partir de la aplicación de la Enmienda Platt, impuesta por el gobierno de Estados Unidos al concluir la guerra hispano-cubana-americana y que permitía al Gobierno yanki prácticamente compartir el gobierno de la isla, intervenir militarmente cuando considerara que sus intereses estaban en peligro, y diseñar e imponer disposiciones por los embajadores estadounidenses acreditados en Cuba. Antes de la Revolución Cubana imperaban la corrupción, el gangsterismo, el latrocinio y la explotación de los grandes colonos, ganaderos y empresarios criollos, que eran los que más se beneficiaban, y los niveles de analfabetismo, insalubridad, carencia de viviendas, de caminos, hospitales y escuelas eran la realidad de la sociedad cubana. La entrega al capital extranjero estaba a la orden del día, y durante las décadas de los años 40 y 50 la sociedad cubana sufrió la más humillante fórmula que pudo aplicarse, al ingresar a Cuba los grandes capos de la mafia estadounidense que importaron el vicio, la prostitución y el juego, un verdadero lupanar fue lo que hizo la Administración estadounidense con la isla de Cuba. Pero entre 1959 y 1976, cuando ya Cuba estaba dirigida por un Gobierno Revolucionario, se llevaron a cabo profundas transformaciones y se promulgaron diversas leyes como las de la Reforma Agraria, Reforma Urbana, Nacionalización de las empresas de la industria eléctrica, teléfonos, bancos y refinerías de petróleo, todas ellas en manos de empresas estadounidenses, durante la dictadura de Fulgencio Batista (previa al asalto al Cuartel Moncada, germen de la Revolución), apoyado por Estados Unidos. Fue precisamente ese el detonante que provocó la ira del Gobierno de los Estados Unidos, y los interesados motivos por los que durante estos 60 años de Revolución triunfante, han desarrollado todo tipo de políticas contra Cuba, todo tipo de chantajes y ataques, el genocida bloqueo económico (expuesto por nosotros en este artículo), el intento de aislar diplomáticamente a la isla y el militar, ámbito donde financiaron, organizaron, entrenaron a toda una brigada con personal cubano radicado en Estados Unidos, cuya derrota es el episodio mundialmente conocido como "Playa Girón: la primera gran derrota militar de Estados Unidos en América Latina, abril de 1961". Continuaremos en siguientes entregas.